Ligera Obsesión - historia de 6 palabras

Corrían las tres de la mañana cuando James recibió una llamada de Alicia.  

- ¡James! ¡James! –

-¿Qué quieres Alicia? ¿No sabes qué hora es?

- Por favor ayúdame… te necesito, ¡James! –

- No voy a caer otra vez en uno de tus juegos Alicia, tu sabes que terminamos no puedes estar llamándome cada noche. ¡Detente!

- ¡No cuelgues! James, en verdad te necesito… hay alguien que está intentando entrar a la casa. No sé a quién más llamar –

- Tienes que llamar a la policía Alicia… -

- Ya lo hice pero nadie llega, por favor James te juro que no te volveré a molestar pero ayúdame…

- Maldición… no te muevas, enseguida voy –

James salió de la cama para vestirse, unos jeans y una playera. Salió de la alcoba y pasó a dar un vistazo a la contigua para asegurarse que su pequeña de 5 años siguiera dormida. Bajo las escaleras y tomó las llaves del coche y lo abordó para dirigirse a casa de Alicia. La ciudad estaba en completa calma, no se veían carros, no había un locutor en la radio solo un sinfín de canciones poco populares y una hermosa luna llena iluminando la bahía.

Después de 10 minutos manejando James finalmente llegó a casa de Alicia, una construcción moderna dentro de uno de los distritos más solicitados por las nuevas familias con un poder adquisitivo elevado. Si bien era un buen lugar para vivir las casas estaban bastante separadas una de otra por lo que a James no se le hizo extraño el que ningún vecino escuchara el ruido. Aparcó enfrente y no había un sola alma en el lugar, todas las luces estaban apagadas y no se veía señal de Alicia por lo que James se preocupó y empezó a llamarle. No tuvo éxito.

James bajo del coche y se dirigió a la puerta.

-¡Alicia! ¿Te encuentras ahí? – James forcejeó la puerta la cual pudo abrir con extrema facilidad, no había cerrado con llave.

-¡Alicia! ¿En dónde estás? – Intentó prender las luces pero no funcionó el interruptor, la luz había sido cortada. James se dirigió escaleras arriba para ver si se encontraba en su habitación, el lugar estaba en completa penumbra y en silencio, podía escuchar los sonidos de sus tenis cada vez que subía uno de los escalones, sentía su respiración como se agitaba. Decidió sacar su celular para iluminar un poco, cuando llegó a la habitación empezó a forcejear la puerta pero esta vez se encontraba cerrada.

-¡Alicia! ¿Te encuentras ahí? Abre la puerta – James empezó a patear la perilla de la puerta con todas sus fuerzas intentando abrirla hasta que lo consiguió instantes después. La ventana se encontraba abierta dejando pasar la luz de la luna e iluminar un poco el cuarto, entró a la habitación y se dio cuenta que la cama estaba vacía, de pronto sintió un piquete en el cuello que estremeció todo su cuerpo dejándolo desmayado en aquel lugar.

James empezó a recuperar la conciencia, se dio cuenta que las luces se habían encendido pero todo seguía demasiado borroso.

-Despierta cariño, ya es hora –

- ¿Qué… está pasando aquí?... ¿Quién eres? –

- Por dios James no me digas esta estupidez, abre los ojos ya estoy esperando a que despiertes corazón –

La voz se intensificó en la cabeza de James y levantó poco a poco la mirada, ahí estaba Alicia parada frente a él, vistiendo una bata de baño con el cabello recogido, se encontraban en medio de la sala.

-¡¿Qué es esto Alicia?! ¿Qué estás haciendo? – James intentó ponerse de pie pero no le fue posible, se encontraba atado a la silla, de manos y pies, llevando solamente su ropa interior.

-¿Qué demonios…? ¡Alicia! ¡¿Qué es esto?! Desátame maldición, te dije que tú y yo terminamos –

- Mi amor yo sé que no lo dices en serio, ¿cómo puedes decirlo si me amas? –

- ¡Estas demente! –

- No, tu eres el que está mal, tú me dijiste que tenía tu corazón y ahora estaremos juntos para siempre – Alicia se acercó a besar los labios de James quien movía desesperadamente el cuello para evitar siquiera tocarla.

-¡HA!  ¿Qué me has hecho? –

- Deja de moverte amor, es la quemadura que te hice en tu cuello, sabía que no te quedarías quieto por lo que tuve que hacerlo –

- ¿Qué pretendes…? no te vas a salir con la tuya –  Alicia se acercó a un pequeño mueble y abrió el cajón de donde extrajo una pequeña cámara portátil, la cual encendió y empezó a grabar muy de cerca el rostro de James.

- Lo siento mi amor pero no puedo dejarte ir, esto no acabará hasta que lo admitas aquí directito a la cámara, lo mucho que me amas – Alicia deslizo sus dedos por el rostro de James siguiendo sobre su pómulo, por todo su torso hasta ponerla por encima de su ropa interior.

- ¡BASTA! ¡Estás completamente demente! –

- No te preocupes, tengo todo el tiempo del mundo – Arrastró una silla y se sentó delante de James sosteniendo la cámara y grabando todas sus expresiones, sus gemidos de dolor, el miedo de sus ojos, era un espectáculo que estaba poniendo a Alicia bastante excitada, pasó una hora, la sala permanecía en total silencio hasta que salió un pequeño sonido de los labios de James.

-Te amo…-

-¿Qué has dicho amor? –
-Que te amo… ¿Contenta? Ahora desátame –

- No, no corazón, dilo fuerte y claro para que el micrófono lo escuche bien – Alicia acercó la cámara a su rostro –

- ¡TE AMO! ¡TE AMO! ¡TE AMO! ¿Feliz? –

- … Mi amor… por fin lo admites, por fin vamos a poder estar juntos estoy tan contenta de que por fin podamos seguir adelante, yo también te amo – Alicia se abalanzó hacia James abrazándolo –

- Ahora desátame… por favor –

- No puedo hacerlo cariño, porque por fin podremos estar juntos – Alicia se puso detrás de la silla de James y empezó a voltearlo para que viera en dirección al comedor, y fue cuando el terror lo invadió.

- Que…. ¿Qué significa esto Alicia…? ¿Qué es todo esto…? –

Sobre la mesa del comedor se encontraban tres animales, un pequeño novillo sin piel, un enorme pescado sin escamas y un ave sin plumas, los animales se desangraban dejando una enorme mancha de sangre sobre el piso. En una de las sillas del comedor se encontraba un hombre sentado, viendo todo el espectáculo.

- ¿Qué pregunta es esa? Son nuestros sacrificios para que Dios nos perdone mi amor, y él es un buen amigo que conocí, él nos ayudará a estar juntos–

- Alicia ¿De qué estás hablando? Desátame… TE AMO, por favor desátame… -

- Sé que me amas, por eso vamos a hacer esto –

Alicia desabrochó la bata y la deslizó a través de su cuerpo, se encontraba completamente desnuda. Se dirigió a uno de los pequeños sillones de la sala y lo arrastró hasta posicionarlo enfrente de James, se sentó enfrente de el –

-Sé que siempre te ha gustado mi cuerpo, es por eso que estoy así para ti –

-Alicia por favor… piensa en Anie… sabes que tengo una hija –

- Oh no te preocupes por ella mi amor, estará perfectamente bien, ya pensé en eso y mi amigo me dijo que el cuidaría de ella así que no te debes preocupar –

- ¡¿Qué?! ¿De qué demonios estás hablando? ¡Ni se te ocurra tocar a mi hija animal! –

- Tranquilo mi amor, no te enojes con él, accedió a ayudarnos aunque Dios se enoje con él, le conté nuestra historia y nos ayudará –

-… Alicia basta… basta por favor – James empezó a llorar, su cuerpo se contorsionaba intentando liberarse pero todo era inútil.

- Tranquilo, ya todo pasará, no tienes que tener miedo ya que yo estaré a tu lado, empecemos ¿Si? –

El hombre en el comedor se puso de pie y de sobre la mesa recogía un enorme cuchillo  y se dirigió hacia la pareja, James empezó a mover su cuerpo desesperadamente, lloraba y gritaba por ayuda, todo era inútil, aquel hombre se puso entre la pareja de pie, sosteniendo su cuchillo.

- Haz que luzcamos bellos ¿Ok? Gracias por todo… - Alicia le dirigió las palabras a aquel hombre.

-James te amo, eres lo mejor de mi vida, te estaré esperando en el cielo. No tardes – Dicho esto aquel hombre clavó el cuchillo justamente en el pecho de Alicia, salpicando sangre en todas direcciones manchando la cara de James que observaba todo el espectáculo… Empezó a gritar aún más, sus cuerdas vocales se desgarraban con sus gritos, aquel hombre empezó a abrir el cuerpo de Alicia mientras este se desangraba, empezó a romper huesos, retirar el pulmón hasta que su corazón estuvo a la vista. Un corazón humano completamente inmóvil.
Luego de terminar con Alicia volteó su mirada hacia James quien por el esfuerzo había logrado caer al suelo, sin embargo no pudo liberarse. El hombre lo agarró del cabello y lo jaló poniendo de pie la silla.

- Por favor no haga esto… le daré lo que sea por favor… -  James se ahogaba en sus propias lágrimas cuando sintió la estocada, aquel hombre encajó su cuchillo de nueva cuenta y James se empezó a desangrar, tardó un poco más en poder abrir su pecho. Se quedó trabajando cerca de dos horas para dejar una escena como Alicia lo hubiera querido, después de terminado su trabajo tomó sus cosas y salió por la puerta principal.

Por fin podrían compartir su amor, y compartir el Cielo juntos, pues James tenía en sus manos el corazón de Alicia y ella tenía el corazón de James en sus manos. Un amor tan grande que ni la misma muerte pudo separar.