Perdida (Historia de 10 palabras)

Hay lugares en los que perderse es un juego de niños, un viaje al supermercado, un concierto, un parque de diversiones o simplemente dentro de la ciudad. Pero que pasaría, se de pronto despertaras en medio de un gran desierto, no hay nada a tu alrededor, tu vista cansada por la acumulación de arena en los ojos, las altas temperaturas y ese intrínseco sentimiento de soledad que acompañan cada paso cansado. Hasta que llegas a la conclusión de que estas ante tus últimos días sobre la faz de la Tierra. Ese sentimiento lo sentía Carla quien con un pobre ánimo se encontraba perdida ante una situación inverosímil.
Aprovechaba la noche para caminar y el día para dormir, cuando se encontraba algunas plantas las cortaba desde el tallo para poder conseguir algo de agua durante el día, era una sobreviviente pero cada segundo que pasaba se encontraba más cercana a la dura realidad de su soledad.
Un día caminando divisó a lo lejos algo que jamás había visto, era una torre construida de grandes rocas blancas. No lo pensó dos veces decidió correr, sus pasos eran cortos pero constantes, en pocos minutos logró estar ante la base de esa gran torre, el material parecía salido de sus más extraños sueños, una roca que brillaba con los intensos rayos de la luna. Empezó a rodearla para encontrar alguna ranura que le permitiera entrar, una puerta o cualquier cosa que sus dedos pudieran tentar para poder escalar. No encontró nada aun dándole varias vueltas a la torre.
No se dio por vencida pues de pronto sus dedos tentaron algo metálico.
– ¿Qué es esto? – Se dijo a si misma y lo sostuvo entre sus dedos, era un artificio metálico que se encontraba incrustado en la torre.
Empezó a jalar con todas sus fuerzas hasta que lo logró.
– ¿Un tenedor? – Era un tenedor con una apariencia muy antigua, casi como si estuviera cubierto por una gruesa capa de polvo.
Caro lo frotó un poco contra su playera, solo una pequeña limpieza para ver mejor el material de aquel extraño tenedor.

– ¡HA! – Carla cayó a la arena cuando una enorme nube plateada empezó a salir del tenedor, como si una reacción química dentro de un laboratorio estuviera borboteando de ese tenedor. Se levantó una gran nube de arena y Carla empezó a tallar sus ojos para poder enfocar mejor y ver que estaba sucediendo en ese lugar.
– Soyunchocorrol y te concederé tres deseos –
Carla empezó a ponerse sobre sus pies de nueva cuenta y la nube de polvo empezó a disiparse poco a poco, y de pronto flotando en el cielo muy cerca de la torre se encontraba un Chocorrol de color plateado.
– ¿Qué demonios? –
Carla se quedó sin palabras, se quedó contemplando aquella imagen pensando que se había vuelto completamente loca, analizando en diferentes ocasiones si era prudente ignorar e intentar dormir un poco, o tal vez estaba dormida y su cabeza se estaba dedicando soñar todo, así que decidió seguir con el extraño juego que su cabeza había decidido iniciar.
– ¿Cómo es que me concederás tres deseos?
– Soy un Chocorrol mágico y poderoso que te concederá cualquier deseo –
– No te creo… –
– Pídeme lo que quieras –
– Yo quiero… quiero compañía, quiero estar en otro lugar por favor estoy muy sola… –
– Concedido. –
De pronto una nube de arena empezó a levantarse como si un remolino surgiera entre el Chocorrol y Carla cubriéndolos a ambos y un instante después aterrizaban en terreno blando.
– Pero… seguimos en el desierto… ¿Qué diablos hiciste? –
– Estamos en otro lugar –
– No me refería a eso maldito, quería ir a la ciudad. ¡Aquí no tengo ninguna compañía!
– A tu derecha –
Carla volteó a su derecha y no se encontraba nada, agachó la mirada y se encontró con un perro salvaje gruñendo con las patas echadas para delante y mostrándole los colmillos.
– ¡Ha! ¡Detenlo! ¡Detenlo! – Carla empezó a correr lo mas rápido que pudo pero no podía eljarse mucho debido a la arena, cuando el perro atacó desapareció en el aire en un instante.
– ¿Cuál será tu último deseo? –
– ¡¿Qué?! ¿A qué te refieres con último? –
– Hice desaparecer al perro como el segundo deseo. ¿Cuál será tu último deseo?
– ¡Eres un maldito!
–…–
– Mi ultimo deseo será... convertirte en un chocorrol de chocolate… –
– ¿…? –
La vida en el desierto es dura, cuando uno está perdido necesita el tiempo necesario para salir de la encrucijada y esa mismo día Carla encontró su pase de salida, un alimento eterno, mañana, tarde y noche comía chocorrol y con su delicioso sabor y fuente de energía logró encontrar una ciudad y salvar su vida. Todo gracias a aquel extraño ser que se encontró en medio del desierto.