El último recuerdo

Vengo con el escrito del día, otro también de hace unos años. Este lo escribí para un concurso de una librería de mi ciudad en el que, por supuesto, no gané. Aún así me gustó mucho el resultado ya que, al fin y al cabo, fue una linda forma de desahogarme c:
Espero les guste.


Tú.
Eras lo último que solía estar en mi mente, antes de acostarme y soñar. También eras lo primero, lo primero que recordaba por las mañanas, al despertarme y descubrir que ya no seguías conmigo. Principio y final, eso eras… mi todo.
¿Y cómo alguien puede perderlo todo en tan sólo un instante? En el instante que tarda el alma en abandonar un cuerpo, el instante en que el último aliento es exhalado, y el calor y la energía fluyen y se fusionan con el mundo.
Ese día, me tocó a mí perderlo todo.
Una llamada, que ni siquiera iba dirigida a mí, fue la que destruyó mi mundo. La noticia, la peor noticia que pude recibir en mi corta existencia, fue la que resquebrajó mis esperanzas.
Ya no estabas, ya no vivías, jamás te volvería a ver.
¿Y qué hice?
Soñar.
Soñé con tus recuerdos, con los instantes que compartiste conmigo, con las sonrisas que me regalaste, las lágrimas que secaste, las alegrías que me diste, y los problemas que escuchaste de mis labios, siempre atento, siempre comprensivo, siempre ahí.
Soñé con el primer instante en que te vi, y cómo a partir de ese día nuestra amistad fue creciendo, tejiendo lazos, uniéndonos, cada vez más… hasta hacernos inseparables. Después, a mil kilómetros de distancia, aún seguíamos unidos. Nuestros corazones latían a un mismo ritmo, contemplábamos un mismo cielo, nuestros anhelos se fundían en sueños dulces.
Soñé con lo que nunca fue. Con tu voz, tu sonrisa, tus lágrimas y tus besos, en un cuerpo imperfecto. Rompí esa línea que nos separaba, te recree, te sentí… borrando la diferencia entre los dos: un simple código genético. Pero nuestras almas eran iguales, lo sé, lo supe, y siempre estaré segura de ello.
Soñé, por último, contigo. Tu cabello, dorado como el sol, lleno de reflejos blancos y rojizos. Tus ojos, ocres como la tierra, pero brillantes como el más puro de los diamantes, y profundos como el más inalcanzable de los océanos. Tu alegría, demostrada de las más extravagantes maneras, en cada uno de tus movimientos, marcada por cada uno de tus músculos. Tu comprensión, siempre había comprensión en tu mirada atenta, silenciosa, dulce, siempre pendiente del menor movimiento de mis labios. Y tu alma, tan pura… casi me parecía verla, brillante, intensa, gritándole al mundo que eras feliz por estar aquí. En ti no existía la ambición ni el odio. En ti no había maldad.
Y quizás por eso te volviste un ángel. Un verdadero ángel de luz que, de alguna manera, me seguía en la vida después de ti. Un fiel compañero, siempre lo supe, es lo que eras… y quizás serás.
Ahora, mi último recuerdo, es este. Mi último anhelo: volverte a ver. Espérame, ya estoy cerca, estoy a punto de unirme definitivamente a ti.

Wow! Esta increíble, la manera en la que describes todo es muy preciso y las imágenes se forman de manera muy fácil. El final fue lindo y la forma en la que lo narraste hizo que en vez de sentirlo como un escrito triste lo viera desde una perspectiva distinta, que al final los dos iban a encontrarse de nuevo. Animo, escribes muy bien y creo que algún día seguro ganaras un concurso.

 Muy lindo y triste a la vez.
Está escrito de una forma muy, no se si precisa es la palabra adecuada, pero precisa al fin. Es como que no le falta ni le sobra nada. En verdad muy linda la historia y muy bien escribes, me gusto mucho ^^

Me dejaste sin palabras y muchos recuerdos :3
Gracias, gracias, me encanto ♥

Es sencillamente precioso, es una historia dulce y tierna pero con un sabor amargo. De veras que me encantó <3
Sabes? A veces me das envidia, pero de la buena xD Y lástima que no ganaste, yo creo que sí lo merecías, pero otra vez será n.n