- InvitadoInvitado
Por todas esas cosas.
08.07.15 23:55
Esto es algo que escribí en mi clase de ingles. Espero que les guste
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La silueta de su curvo cuerpo me daba la sensación de estar entre las nubes. La sabana aferrada a sus piernas lo hacía todo más real. Sus labios entre abiertos mientras aspiraba y expiraba, sus pestañas rozando con la suave piel de sus pómulos… Todo. Su ser lleno de vida y color, para mí era lo más bonito que pisaba la tierra.
La certeza de que existía, de que al tocarla no se desvanecería como el polvo, de que estaba allí para mí y yo para ella… me llenaba de una sensación que me dejaba sin aliento.
La idea no es tener a alguien y que ese alguien te tenga. La idea realmente es saber que se pertenecen y al mismo tiempo tener ese sentimiento de libertad.
Y cuando yo la veía a ella, no era mi estómago el que sufría ese revoloteo. Yo lo sentía en cada pequeño espacio de mi anatomía.
No era su belleza lo que me atraía, era ese algo más que tienen todas las personas y que muchos menosprecian. Tomarse el tiempo para conocer a alguien realmente, es algo que muy pocos hacen.
No niego que en un principio me atrajo su largo cabello oscuro y sus ojos chispeantes. Pero, ¿y luego qué? Enamorarse solo de una cara bonita es estúpido. Y además, cuando ya has caído en las redes del amor, es inevitable no querer saber cada mínimo detalle de esa persona especial.
Gracias a esa persona especial que se removía en mi cama, yo había aprendido a admirar más a las personas. Yo había aprendido a apreciar los pequeños detalles, como cada cosa que hacia ella: Limpiar el sudor de mi nariz, que me deje siempre los sparkies rojos, que siempre me abrace en las mañanas, que me intente peinar.
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La silueta de su curvo cuerpo me daba la sensación de estar entre las nubes. La sabana aferrada a sus piernas lo hacía todo más real. Sus labios entre abiertos mientras aspiraba y expiraba, sus pestañas rozando con la suave piel de sus pómulos… Todo. Su ser lleno de vida y color, para mí era lo más bonito que pisaba la tierra.
La certeza de que existía, de que al tocarla no se desvanecería como el polvo, de que estaba allí para mí y yo para ella… me llenaba de una sensación que me dejaba sin aliento.
La idea no es tener a alguien y que ese alguien te tenga. La idea realmente es saber que se pertenecen y al mismo tiempo tener ese sentimiento de libertad.
Y cuando yo la veía a ella, no era mi estómago el que sufría ese revoloteo. Yo lo sentía en cada pequeño espacio de mi anatomía.
No era su belleza lo que me atraía, era ese algo más que tienen todas las personas y que muchos menosprecian. Tomarse el tiempo para conocer a alguien realmente, es algo que muy pocos hacen.
No niego que en un principio me atrajo su largo cabello oscuro y sus ojos chispeantes. Pero, ¿y luego qué? Enamorarse solo de una cara bonita es estúpido. Y además, cuando ya has caído en las redes del amor, es inevitable no querer saber cada mínimo detalle de esa persona especial.
Gracias a esa persona especial que se removía en mi cama, yo había aprendido a admirar más a las personas. Yo había aprendido a apreciar los pequeños detalles, como cada cosa que hacia ella: Limpiar el sudor de mi nariz, que me deje siempre los sparkies rojos, que siempre me abrace en las mañanas, que me intente peinar.
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