Esa fue la última vez que lo vi

30.03.15 11:14 Reputación del mensaje :100% (1 voto)

~*~

Todo pasó tres años atrás. Yo, Erika, tenía 14 años. Sentía que tener esa edad era lo más horrible del mundo. Se acercaban mis quince, a pasos de gigante (como dice mi madre). Mi mamá quería hacerme una fiesta. Yo quería un viaje, pero no a cualquier lugar, deseaba ir a Londres. Desde siempre me gustó, además podría practicar mi inglés. En fin, como mi mamá es muy terca (más que todas las mamás del mundo juntas) seguía insistiendo con la fiesta.
Hacía rato que ya no le daba corte, estaba escuchando Cero a la izquierda de No Te Va Gustar, en mi Mp4, mientras contaba las baldosas del suelo y miraba hacia afuera por la ventana.

De la nada vi aparecer una luz muy brillante que comenzó a moverse en espiral hacia el suelo. Rápidamente me levanté, dejando el Mp4 sobre la cama, y me acerqué a la ventana para poder ver bien donde era que esa... cosa había aterrizado. Pero no vi nada. Cuando llegué a la ventana ya no se veía la luz. Volví a la cama y seguí escuchando música. <<¿Qué era eso? ¿Un avión? No creo, no hacen ese tipo de aterrizajes, además de que ni siquiera hay un aeropuerto o algún descampado cerca. ¿Una luciérnaga gigante? No vi, ni escuché nada de eso en la tele. ¿Una nave espacial? Hay gente que dice que sí existen los extraterrestres, yo no creo en tal cosa. Es totalmente absurdo.>> Me quedé en mi cuarto pensando sobre ello hasta que mamá me llamó para que bajara a cenar.

Era martes, me levanté con menos ánimo que de costumbre. Sentía que un elefante había bailado sobre mi. Fui al baño, me lavé la cara y los dientes, y me peiné. Fui al cuarto y preparé la mochila. Luego bajé a desayunar. Al terminar subí a agarrar mis cosas, y me fui al liceo.
Apenas cerré la puerta de casa, miré hacia ambos lados por costumbre, no había ni un alma en la calle. Ya había caminado una cuadra cuando, de la nada, apareció un chico alto, morocho de pelo ondulado. Tenía ojos verde agua. En síntesis: hermoso.

-Hola. -Me dijo. -¿Cómo te llamas? <<¡Qué acento!>>
-Hola... Erika, ¿y vos?
-Joseph.
-Joseph... ¿De dónde sos?
-De todos lados. <<Okey, eso fue raro.>>

No le contesté nada pero debo confesar que me pareció un poco extraño ya que había aparecido de la nada y encima me dice que es “de todos lados”. <<Que chiflado.>>
Caminamos juntos hasta el liceo hablando ocasionalmente, conociéndonos. Luego me saludó y se fue. No entró y sé que sonará raro y que pensarán que se me zafó un tornillo, pero creo que no era de aquí... de este mundo, quiero decir.

Así pasó durante un mes: salía de mi casa y si contaba hasta diez, él aparecía. Se había vuelto... una especie de “juego”. A veces me iba a buscar al liceo y me invitaba a almorzar en algún lugar y luego tomar un helado, otras iba a casa a merendar y hacíamos maratones de películas. A mamá le caía bien. Casi todos los sábados íbamos a nuestro escondite secreto y leíamos historietas, escuchábamos música, me ayudaba con los deberes o simplemente nos quedábamos en silencio, pensando, mirándonos de a ratos por el rabillo del ojo. Amaba los sábados. Creo que estaba empezando a enamorarme de un chico que apenas conocía... <<Genial, Erika. Simplemente genial.>>

Todo iba muy bien hasta que un día ya no lo vi. Conté durante todo el camino hacia el liceo, y Joseph no apareció. Me pareció extraño pero concluí en que, quizás estaba enfermo y como no tiene celular ni teléfono en su casa (cosa realmente extraña), no pudo avisarme.
A la salida decidí ir hasta su casa, tuve que pedir la dirección en la adscripción ya que nunca supe donde vivía. Siempre que sugería el ir a su casa él ponía una excusa. Eso también era raro... todo con él era así.

Llegué a su casa. No era muy grande, estaba pintada de rosado y tenía un lindo jardín con un árbol de limones.
Toqué timbre y en segundos abrió la puerta una mujer de unos 35 años, alta y rubia.

-Hola, ¿Usted es la madre de Joseph? ¿Él está?
-Hola, sí, soy yo. Y Joseph no está, se fue de casa... -Me dijo y se puso a llorar.
-¡¿Cómo que se fue?! -<<¡No tenía sentido! ¡Algo tiene que estar pasando!>> Tranquila... No llores. Voy a buscarlo. -Traté de consolarla.
-Gracias. ¿Tu eres su amiga? -Preguntó entre sollozos.
-Sí, su mejor amiga. <<Por no decir la única...>> -Bueno, me voy, tengo que... buscar a Joseph. Cualquier cosa le aviso.
-Muchas gracias, ¡eres un amor! Adiós. -Dijo y cerró la puerta mientras seguía sollozando.

Me fui dispuesta a buscar a Joseph hasta debajo de las piedras.
Lo busqué en el parque, en nuestro escondite secreto, en la heladería de siempre, fui hasta mi casa (quizá estuviera allí esperándome), pero no estaba. Al finalizar la tarde ya había dado vueltas por todas las calles que me conocía y no lo encontré. Me empecé a preocupar, algo me decía que las cosas no estaban bien... Pasaron los días y Joseph no aparecía. Y yo estaba cada vez más preocupada y quería -necesitaba- encontrarlo. Lo extrañaba y suponía que su madre también. <<Debería volver a visitarla y ver cómo está.>>

Un día estaba con mi madre en el supermercado y creí verlo. Comencé a seguir a aquella persona que pensé que era Joseph. <<Tiene la misma forma de caminar, tiene que ser él.>> Lo seguí hasta afuera del supermercado y vi que seguía en dirección a un callejón en el que había un par de columnas con focos que apenas iluminaban su alrededor. Decidí continuar siguiéndolo, obviamente con muchísima cautela y en completo silencio, como si fuera una asesina de esas películas de terror o algún espía. <<Debo dejar de mirar tantas películas...>> Mientras caminaba le mandé un mensaje a mi madre para que no se preocupara. El mensaje decía: “Mamá voy a lo de Joseph, no se cuánto voy a tardar. Beso.” Fue lo mejor que se me ocurrió ya que mi madre no sabía de la desaparición de Joseph. Me respondió con un simple “OK, abrigate” <<Típico de madres.>> Bufé.
Estuve como diez o quince minutos siguiéndolo, escondiéndome de vez en cuando detrás de un contenedor o un árbol. De repente se detuvo frente a una gran y antigua casa. Por un momento pensé que Joss no se metería en un lugar así, que no es de su estilo, pero cambié de parecer al ver que, efectivamente, esa persona era él. <<¡No puedo creerlo! ¿Qué está pasando? ¿Qué hace ahí? Debo averiguarlo, eso es lo único que importa.>> Entré en la espantosa y, en cierto punto, tenebrosa casa. No veía nada, parecía que no hubieran paredes, ni techo, ni nada. La negrura era total. Comencé a tantear las paredes, para guiarme, mientras caminaba en línea recta. Ya había perdido de vista Joseph (obviamente), cuando sentí que algo, o alguien (quién podía saberlo), me había tocado el hombro derecho. El terror me invadió y contuve la respiración. Mi corazón empezó a latir tan rápido que por un momento creí que se me iba a salir. <<¡No quiero morir, soy muy joven!>> (Soy exagerada, lo sé) Decidí darme la vuelta de una vez, no soportaba el suspenso y si tenía que morir, mejor saber quién era mi asesino, ¿no?. Para mi suerte (¡Gracias Dios!) era Joss y automáticamente lo abracé. Instinto puro.

-¿Qué haces aquí? -Me preguntó.
-Te seguí hasta acá, te estuve buscando, tu madre está preocupada y dónde est...
-Shhh... habla más bajito... ¿Mi madre? ¿Qué?
-Bueno... Sí, tu madre, la que vive con vos, duh. ¿Qué hacés vos acá? -Le dije susurrando. -¿Y porqué susurramos?
-Es hora de que me vaya de este mundo y los podemos despertar si hacemos ruido. Y vivo solo. Mi madre no vino conmigo.
-¿Qué? Pero yo hablé con ella y todo... Y pará, ¿De que te vayas de este mundo dijiste? ¿Despertarlos? ¿A quiénes? <<¿Eh? Sabía que era raro y eso... pero, ¿esto? ¿En serio? ¿Qué estaba pasando? ¿Y lo de la madre? Me duele la cabeza...>>
-Sí. No importa a quienes. No te puedo explicar nada, ojalá pudiera... Debo regresar a mi mundo.
-¿Regresar a tu mundo? ¡Joseph, me debes explicaciones! ¡Muchas! -Al carajo con los susurros.
-Sí, lo sé. Shhh... Bueno, ya es tiempo. Hasta pronto. -Dijo rápidamente. <<¡Piensa volver!>>

Y así, como si nada me dio un beso (de los de verdad, con TODO) en los labios y desapareció como cuando una burbuja se revienta. <<¿Porqué cuando se va se le ocurre besarme? ¿Porqué no antes? Quiero más...>> Lloriqueé.

Salí corriendo lo más rápido que pude hasta llegar a la casa de Joss. Todo esto tenía que ser un mal sueño, él no se iba a ningún lado y estaba en su casa. Toqué timbre unas cuantas veces y salió una señora de nos 50 años con unos ruleros y una crema, esparcida por toda su cara, de color verde oscuro. <<Ugh, feo.>>

-¿Está Joseph? -<<Por favor, que sea su abuela fea o su tía o su vecina que vino a una sesión de “belleza” o lo que sea... Por favor.>>
-Acá solo vivo yo. -Escupió con mal humor mientras yo asimilaba la verdad de la situación.
-Aaahh... Bueno, disculpe la molestia señora. -Contesté tragando el nudo en mi garganta. Ella se dio la vuelta murmurando algo sobre chiquillas molestas y lo enojada que la ponía que la llamaran “señora” y me cerró la puerta en la cara.

Regresé a casa con el deseo de encerrarme en mi cuarto y llorar. Creí que lo mejor era no contarle a nadie lo que me había pasado. No me creerían.

Confieso que aún sigo esperando que regrese.

~*~

¡Hola! Este cuento surgió hace unos 3 años en la clase de Literatura... La profesora nos daba una frase ("esa fue la última vez") y cada uno tenía que hacer un cuento. Bueno, espero que les guste y cualquier crítica viene bien Wink

¡Saludos desde Uruguay!

30.03.15 22:12

es bastante interesante, me agrado demasiado... bounce

me gustaria leer mas de tus historias esta realmente me agrado

30.03.15 23:14

Gracias

Uff... últimamente la inspiración escapa de mi, pero volverán a saber de moi Smile

31.03.15 10:22 Reputación del mensaje :100% (1 voto)

Esa es mi nati :3

jejeje Razz

31.03.15 10:29

Eso espero y lo entiendo u.u perfectamente. Gracias por compartir tu escrito =)

31.03.15 10:54 Reputación del mensaje :100% (1 voto)

Gracias a vos por leerlo Very Happy

31.03.15 14:34 Reputación del mensaje :100% (1 voto)

Realmente me encanto, yo tambien quiero que regrese U.U

31.03.15 18:02

Dessicc escribió:Realmente me encanto, yo también quiero que regrese U.U

Gracias

Jajaja... yo creo que también... tanto que quizás, algún día, haga una segunda parte Wink

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