Miradas por aquí y por allá

Y mirarlo era la cosa más preciosa que alguna vez me había podido pasar. Mirarlo cuando dormía, verlo sumido en una paz por demás de contagiosa, su pecho que subía y bajaba lentamente, robándose el aire de la habitación, su cabello revuelto por los movimientos que hacía y como pequeños mechones revoltosos caían y llegaban hasta su frente, formando un gracioso flequillo. Mirarlo cuando reía, el sonido más maravilloso que escuché en toda mi vida, los pequeños hoyuelos que se formaban a los costados de su boca, como se achinaban sus ojos, las diminutas lágrimas que algunas veces salían de sus ojos y que nadie veía, excepto yo, y la adorable risita, parecida a la de un cerdito, que a veces  salía sin permiso cuando algo lo divertía demasiado. Mirarlo cuando hablaba, verlo mover las manos con gracia para explicar algo, como hacía muecas inconscientemente y escuchar esa voz grave con palabras lentas, habladas en un tono tan bajo que parecía que siempre susurraba. Mirarlo cuando estaba nervioso, verlo morder su labio inferior hasta hacerlo sangrar, como pasaba las manos por su cabello tantas veces que cambiaba de peinado sin darse cuenta, como movía sus manos y jugaba con sus dedos tratando de evitar la ansiedad y como soltaba risas cortas y miraba de reojo. Mirarlo cuando fumaba, ver el humo revolotear alrededor de su rostro, el cigarrillo que tocaba sus labios y que cuando los dejaba podía ver los aros de humo salir en un espiral hipnotizador, la seriedad y el silencio en el que se sumía, y como cerraba los ojos de vez en  cuando, una rara manía suya. Pero lo que más me gustaba en el mundo era mirarlo cuando me besaba y que él me mirara también, pero eran miradas fugaces porque a los segundos volvíamos a cerrar nuestros ojos para hundirnos en un lago de caricias y luego volver a emerger y susurrarnos palabras mudas con sonrisas sinceras, mirarnos de una manera que nadie nunca en la historia lo hizo. Lo nuestro era tan magnífico que parecía irreal, era una cosa que solo pasaba una vez en la vida, un flechazo que nunca se podría volver a sentir, una experiencia digna de las mejores historias de amor jamás contadas. Y lo amé, lo amé con todo lo que fui porque desde el día en que se fue ya no soy la que era antes; estuve meses para asimilar que se había terminado (lo seguía buscando en mi vida) y solo pude obtener una respuesta: lo nuestro fue una estrella fugaz, algo bellísimo pero que en algún momento tenía que terminar, pasar de largo, dejarnos y nosotros teníamos que tratar de seguir en la vida.

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Espero que les guste y no duden en dejarme su opinión abajo. ¡Saludos y feliz Marzo!

No tengo palabras, a pesar de ser una historia con un final triste por que no seguirán juntos me encanto el resto, fue una forma linda de resaltar lo que ella amaba de el. Quizá no dice amaba pero al notar esos detalles fue lo que dejo una marca y lo que le gustaba. Realmente bello. Me gusto ^^

Muy linda y triste historia Brooklyn. Pero me pregunto ¿Por qué ese final?????!!!!!! ajajajajaajaj
Naaa mentira, la verdad me gusto mucho. Los detalles a veces son lo más importante y me gusto mucho como describiste algunos de ellos.

Sin palabras, es muy hermoso, continúa así!

u/////u yo y el amor de mi vida que deje ir......

Casi me hace llorar Pero me encantó Me sentí muy identificada con esto :') Seguí así

Oooh que hermosa historia!!! concuerdo con Ali, los detalles son los que mas llaman la atención y atrapan.. esos detalles son los que enamoraron a la protagonista de esa historia y la forma en que lo cuentas, con detalles sutiles, hace que me guste mucho. :3

Espero leer mas de ti!!