La nada y yo

La nada y yo

El vacío.
La nada
y yo;
acurrucado en el olvido
de viejas páginas
manuscritas.

La soledad.
Un océano de silencios
y yo;
abrazado a mis rodillas
de tinta roja
            derramada.

La melancolía.
Sombras del pasado
y yo;
enterrado entre memorias
de oscuras lágrimas
                  impiadosas.

Y yo.
Un misterio de pasiones,
cielo de curiosos
infierno de miedosos.


Casi inmortal.
Envenenado de verdades
                                   ácidas;
pereciendo lentamente,
apuñalado por agujas
de reloj.

Víctima del hombre,
de sus antojos
         y caprichos.
Sucumbiendo poco a poco
a la melancolía
de la resignación.

Ahogado en un mar
de ideas exiliadas.
Sólo quedan fragmentos
de lo que he sido;
ínfima parte de mi ayer.

Desde lo más profundo
de un sitio empapelado
con negras paredes
que me aprisionan;
en mi refugio oculto,
mi cárcel
y pronta tumba;
me desangro.

Aquí solo hay vacío.

La nada
y yo,
un libro cuyas verdades
                  ocultaron
hasta matar la historia;
una historia que ya no recuerdo,
que desapareció junto con la tinta,
que pereció en su condena.

La nada
y yo,
o lo que queda de mí.

Ya es demasiado tarde.