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Dragón - Relato Erótico, parte I, II - Empty Dragón - Relato Erótico, parte I, II -

18.11.14 13:11
Dragón - Relato Erótico, parte I, II - 14dopww

I : Bajo las garras del dragón

¿Cuándo algo tan horrible puede ser tan hermoso?

Mi nombre es Ariadna, soy una joven muchacha de tez pálida con ojos verdosos, y en su contorno una delgada línea azulada. Mis mejillas están pintadas de un tono rozado que contienen pecas sobre ellas y por encima de mi nariz. Pecas suaves pero visibles. Mi pelo es de color cobrizo, Mi cuerpo es menudo, y se complementa perfectamente con todo. Nada es mas grande que nada. Soy normal… o eso creía hasta hace cuatro años.

Cuatro años antes…

—¡Si mamá cuando llegue te llamaré, te amo!— Chillé al salir de mi casa con mi valija rumbo al taxi que me esperaba en la puerta. Habia ganado peso tenia un cuerpo formado gracias al gimasio y a tantas caminatas. Sonreí como una pequeña niña a la cual le compraban su juguete preferido. En mi caso no era un juguete, era un viaje.
Coloqué la valija en el asiento trasero del taxi y le indique al chofer que me llevara al Aeropuerto.
El viaje de mi sueño recién comenzaba, tenia tan solos diecinueve años y viajaría al otro continente a conocer mi lugar favorito. Aquel que desde pequeña nombré. En mi agenda llevaba anotado todas las cosas que debía hacer en esas dos semanas que me quedaría.
*Fotografiar monumentos historicos.
*Comprar recuerdo a mi madre ¡NO OLVIDAR!.
*Conocer personas nuevas.
*Ir al puente.
*Cantar bajo la lluvia en pleno centro.
Etc…

Además de mi extensa lista de cosas por hacer sostenía en mi mente poder encontrar trabajo y quedarme allí.
Tres horas pasaron desde que Salí de mi casa y llegué al Aeropuerto, Había mucho viento, sostuve la valija y mire la entrada de aquel edificio mientras el viento hacia que mi cabello me cubriera el rostro. Caminando con pasos firmes entre al lugar. Los altavoces, los murmullos, las luces y gente que gritaba o pasaba corriendo, invadieron mi mente en suma tranquilidad.
—¿Necesitas ayuda?, Pareces perdida… —Murmuraron detrás de mi , volteé y mire al hombre que yacía frente a mi, su cuerpo era robusto con un dragón tatuado en el brazo derecho, sostenía un palillo en su boca, apretado por sus carnosos labios. Sus ojos eran color miel y su pelo morocho. Vestia Jeans ajustados azules oscuros con una leve rotura en la parte del fémur, una remera escote en “V” blanca y zapatillas “ Vans” negras.
— Emm. Si puede ser, son del interior nunca eh viajado en avión —
Musité por lo bajo. El sonrió.
—Mi nombre es Evan…
—Ariadna.
—Hermoso nombre ¿Dónde viajas?
—Londres…
—Voy para allá también. Okay no quiero que te pierdas sigueme
Lo seguí callada, lo misterioso de su mirada me gustaba, su forma de caminar era perfecta. Mis ojos recorrieron su espalda, la parte baja de su abdomen y sus piernas… ¡Joder! Era un modelo. Sin dudas un modelo.
Me guió al sector de chequeo general. Mis valijas pasaron por el control y luego mi cuerpo paso por ese marco de puerta raro, pero por lo que me imaginaba era un detector de metales. Me siento un extraterrestre, todo esto era demasiado raro, nuevo, tecnológico en pocas palabras ¡Woow!.
Evan paso el control sin problemas, sonrió de lado y movió su cabeza en dirección a un pasillo. Lo seguí y le entregué el billete de avión a la mujer. En una extensa fila ambos nos paramos. Quince minutos después estábamos subiendo al Avión.
— Espero que no te incomode que me siente aquí…
Sonreí negando con mi cabeza.
—Para nada…
El sonrió y cruzo sus piernas aun con ese palillo en su boca.
Pasamos el viaje hablando de las cosas que haría al llegar a Londres, me contó que su padre tiene un bar en el centro, y que podria trabajar allí si quería.
El destino una vez mas haciendo sus jugadas.
Al llegar al Aeropuerto nuevamente, tome la valija que se deslizaba en una gran cinta negra. Evan me grito y volteé.
—Ven, un amigo nos alcanzará hasta el centro de Londres, esta cerca de tu Hotel por lo que me haz dicho.
Dudé, no lo conocia pero ir con su amigo me haría ahorrar dinero, y eso es lo que mas quería.
—Esta bien.
El vehículo que tenía el amigo de Evan era una camioneta Kia ultimo modelo, sabia de autos gracias a mi padre. Me senté en el asiento trasero, Evan llevó mi valija al baúl de la camioneta y sentí mi corazón acelerarse, el chofer tenia cara de maleante, quería salir pero Evan apareció en la puerta y con su sonrisa me tranquilizo. Posó su mano en mi mejilla y aproximo su rostro.
—Tranquila nena, todo esta bien —Susurró y poso sus labios sobre los míos, abrí aun mas mis ojos impresionada pero el se alejo y tomo asiento junto a mi, posando su mano en mi pierna, tenia el pulso acelerado, ahora si estaba empezando a dudar. —Perdón es que tus labios me pidieron que los besara.
Rodeé los ojos y el apretó mi pierna
—No ruedes los ojos, me pone histérico.
—A mi me pone histérica que me beses porque a ti se te antoja —Murmuré, ya estaba comenzando a enojarme.
Me miró frunciendo el ceño.
— Cierra la boca.
—¡Quiero bajarme!
—¡Oh!, yo quiero una Ferrari no bajaras, linda.
—¡Si lo haré! —Grité y me abofeteó.
—Te dije que cerraras la boca —Murmuro entre dientes apretando con su mano mi mandíbula. —No quiero golpearte hermosa, no me hagas enojar.
—¡Hijo de puta! —Chillé y lo escupí en la cara, intente zafarme del agarre pero el “Amigo” me tomo los brazos y luego vi todo oscuro, una manta cubrió mi rostro y la Kia, salio disparada del lugar.
Estoy muerta.

*******
Me bajaron a rastras del lugar, mi garganta ardía de tanto gritar, mis ojos seguramente se encontraban rojos de tanta desesperación y lagrimas, de tanta bronca acumulada ¿Cómo pude ser tan estúpida de confiar en él? ¿Acaso soy una adolescente? No, pero parezco, me deje llevar por su sensual voz. Su belleza, su amabilidad. ¡Joder!.
—A ver princesa… —Murmuraron y me quitaron la manta, respiré agitada y un hombre , robusto de unos cuarenta años tomo mi rostro con fuerza.
—Linda puta… Bien prepárenla.
—No… no ¡NO! —Grité, Evan me miraba desde el marco de la puerta, su mandibula estaba tensa, los hombres me llevaron por el pasillo que estaba detrás de mi y el les gritó.
—¡Esperen!, de ella me encargo yo.
—Per…—Murmuro uno de los hombres pero Evan lo cayó de un golpe y el hombre soltó.
Sin necesitar mas , Evan me tomo del brazo y me zarandeó hasta entrar al cuarto, cerró con llave y me arrojó al suelo. No quería llorar, pero eso hacia.
—Bien, ponte esto.. —Dijo cuando arrojó sobre mi una minúscula prenda de ropa interior y un sostén — Y esto.. — Sonrió y un mini short de Jean cayó a mi cuerpo. —¡Oh! , también estos .. —Dijo pateando un par de tacones negros. — Siete minutos, máximo, ¡Cámbiate!.
Se acercó pensando que me intimidaba, y me levanté dejandole mis dedos marcados en su mejilla.
El apoyó su mano en la mejilla y me tomo del cuello aprisionándome contra la puerta.
—Niña tonta…. Me gustas. A ver si te comportas tan rebelde en la cama cuando te folle, o mejor, aquí mismo —Murmuro sonriendo , metiendo sus manos dentro de mi pantalón.
—¡No!, por favor… —Chillé.
Él me soltó, señaló la ropa, hizo el numero siete con sus dedos y salio del cuarto.
Me quedé mirando la escena que se plasmaba delante de mis ojos, no podía hacer mas nada, mi vida se acabo, el infierno empezó. Me desvestí y me puse lo que me arrojó anteriormente, de todas las películas de prostíbulos, pude rescatar que ellos le tiene consideración a la mas “Puta” por así decirlo. Las “Rebeldes” morían, yo no seré su carnada.
Había maquillajes en un estante, me acomodé el cabello, me maquillé y tome aire. La puerta se abrió y los ojos de un joven hombre divagaron por mi cuerpo, me señalo la salida y mordió su labio. Cualquier chica estaría llorando, por lo que acabo de hacer, yo sonreí,
El pasillo se convirtió en una pasarela, cruce mis piernas en cada ladeo de cadera que hacia. Los ojos de los hombres y de Evan estuvieron clavados en mi. Los tacones resonaban en el ambiente, me posé delante de Evan y crucé mis brazos alzando una ceja.
—Muy bien, así me gusta. —Dijo tomando mi cadera y deslizando sus delgados dedos por mi trasero el cual estaba descubierto por el micro short que me dio. —Muchachos, no acepto la oferta, a esta me la llevó yo.
Entrelazó nuestros dedos y me sacó del lugar a tirones, tomo un tapado negro de mujer y me lo puso.
—Quiero que cierres la boca, no hables, no pienses no nada. Callada, seré tu Proxeneta, vivirás conmigo, dormirás conmigo cuando quiera, te follarás a quien YO quiera, y me obedecerás.
Guarde silencio asintiendo.
—Tu boceto de nena mala no te va, pero me gusta, a cambio te daré comida, hogar, mas respeto que este sitio y placer. —Guiño su ojo derecho y beso mis labios. —Ahora callada , actúa normal.
Salimos a la calle de Londres, era un suburbio de la ciudad, tenia ganas de salir corriendo , pero con tacos no podía, tenia ganas de gritar pero muerta no quería estar. Para las personas que nos veían éramos una pareja, para mi, era la esclava.

A mi parecer el lugar donde mi Proxeneta vivía era un conventillo, el barrio era callado. La puerta estaba oxidada, la abrió y me metió dentro. Una gran fila de departamentos todos mal mantenidos había.
—Piso dos…
Miré hacia arriba, y camine junto a él, subiendo las escaleras de cemento hacia el piso dos. Él abrió la puerta del ultimo departamento y me hizo seña a que entrara. Asentí y entré , cerró la puerta con llave detrás de mi, mi cuerpo temblaba, estaba asustada.
Sus manos tocaron mi estomago y desabrocharon el tapado, me lo quitó y sentí su respiración por la parte baja de mi espalda, el tacto mojado de su lengua recorrió mi columna vertebral. Mordí mi labio derramando lagrimas silenciosas. Esto pasaría siempre, debía acostumbrarme.
Sus manos apretaron mi trasero y un gemido ronco salio de su boca. Sus dientes se clavaron en una de mis nalgas expuestas y grité , pero no debí hacerlo , su mano se estrello contra ella , picándome , doliéndome.
—Shh, solo gritas cuando este dentro de ti , y de placer, no quiero nenitas lloriconas en mi casa ¿Okay?
Asentí y besó mi cuello corriendo mi cabello, sus manos subieron a mis pechos, tan solo cubiertos por un sostén negros. Los amaso con fuerza. Se paro delante mío y me agarro del trasero nuevamente pero esta vez alzándome, estrello mi espalda contra la pared, mis ojos se cerraron por tal dolor y sentir el frío de aquella contra mi piel. Sus labios recorrieron el ancho de mi cuello, y sus manos hicieron que mis robillos queden entrelazados a su cintura. Sus manos desaparecieron por detrás de mi cuerpo, desabrochando mi sostén, exponiendo mis senos a sus ojos. Me sorprendí al notar mis pezones erectos. Pero él sonrió.
—Te gusta nena… Así será mejor….—Susurro contra mi piel mientras perdía su lengua en uno des pechos, lamiendo el contorno del pezón su otra mano apretó mi otro seno fuertemente pero mordí mi labio para ahogar tal grito.
De un brusco movimiento, dejo mi cuerpo sobre la mesa tirando todos los objetos que yacían sobre ella, desabrochó mi short y lo deslizó por mis piernas , dejando la desnudes debajo de él.
Puso los ojos en blanco.
—No te pusiste bragas….
Negué con mi cabeza.
Abrió mis piernas con sus brazos , estaba sentada en la punta de la mesa, su lengua paso por mi estomago, humedeciendo mi piel. Mientras su manos acariciaban mis piernas. Se apartó y paso un dedo por mi sexo, mordió su labio.
—Mojada….—Sonrió de lado—Lista para tu amo.
Sin decir mas chupo mi intimidad, investigo aquella zona donde nadie jamás estuvo con su lengua, sus dientes agarraron parte de mi piel sensible y la estiro. Su lengua siguió el recorrido, haciendo círculos en la parte de mi clítoris.
Gemí. ¡Oh dios!.
Metió aquella húmeda lengua en mi entrada, mis manos se aferraron a los bordes de la mesa.
Insertó dos dedos de golpe y enderece mi cuerpo con un grito. Su mirada fija en la mía estaba.
—Eres virgen…
Mi miedo se aumentó, ¿Cómo se dio cuenta? O joder la maldita “Tela de la virginidad”…
—¿¡Cómo coño no me lo haz dicho Ariadna!? —Gritó sacando sus dedos, se los quedó mirando y los limpio con su remera.
—Perdón…—Murmuré.
—¡Sal de mi vista! , entra al cuarto y no salgas.
Me bajé de la mesa y hice lo que indicó a mitad de camino sentí su cuerpo pegado al mio nuevamente.
—¡Joder!, ¿Por qué tan hermosa, caliente y virgen mujer me eh encontrado?
No respondí, me llevó al cuarto y me acostó en la cama, quitó su cinturón, y su Jean, luego su remera, zapatillas y por ultimo su boxer azul, dejando su erección afuera, erecta, y esperando ser complacida.
Se acostó sobre mi, nuestras intimidades se rozaron, jadeé nuevamente pero me interrumpió el beso inesperado, su lengua hurgó en mi boca, masajeando mi lengua, entrelazándolas con cada movimiento contrario que haciamos. Llevé mis piernas a su cintura y note su mano entre nuestras intimidades, se levanto un poco y tomo del cajón de su mesita de luz un preservativo , lo desgarró con sus dientes y lo enrollo en la longitud que su pene tenía. Lo tomó con su mano y lo guió hacia mi entrada, con un leve movimiento de apoco fue entrando, despacio hasta tenerlo completamente sumergido en mi.
—Ahh.. —Gemi.
Comenzó a penetrarme lentamente, dejando que nuestros cuerpos se acostumbren, cerró sus ojos y por ese momento pude apreciar la belleza física que tenía. Tomo mis caderas y empujó con fuerza dentro de mi, haciéndome gritar. Cada vez mas rápido y placentero. ¡Oh, si… me gustaba , joder me gustaba!, Su Dragon cobraba vida con cada movimiento, llevó su mano a mi cuello apretándolo. Y su otra mano a mis pechos, masajeando aquella sensible zona

Dos horas mas tarde el se levantó dejándome dormida en la cama, y solo me concentre en dormir y pensar que esto es un mal sueño del que despertaría.






PARTE II: Llamas de fuego


Perdida de libertad.
Inercia.
Dolor.
¿Concentrarme en dormir? … imposible. Mis ojos se mantuvieron cerrados, pero mi mente se abrió en miles de senderos. Mis pensamientos me atormentaron todo el tiempo.
¿Cómo pude disfrutar todo lo ocurrido? …
A veces creo que mi padre siempre tuvo razón, algún día dejaría de ser una niña miedosa. Y que algún dia, sacaría lo puta que hay en mi.
La historia con mi padre, no es de hadas. Mi padre no me contaba cuentos cuando dormía, sino me contaba historias de piel, con piel. Nunca llegó a violarme, y creo que el cargo de conciencia nunca lo dejó hacerlo; pero si tocarme. Quizá sea por ello, que no tengo miedo cuando Evan me toca, porque estoy acostumbrada a que me usen …
¿este es mi destino? … cuando murió mi padre, siempre pensé que por fin sería libre… cuando decidí viajar pensé que era libre, ¿Por qué la vida se empeña a hacer de mi un objeto para los demás?..

El tacto suave en un vaivén, sobre la piel de mi espalda hizo que abriera mis ojos.
—Sh.. ¿has dormido?.. ten necesito bien activa, pequeña.
Asentí. ¿Cuánto mas mentiría? … quizás viviría mintiendo.
—Muy bien, ahora sé que contigo jamás tendré problemas. —Susurró, y sus labios tocaron mi hombro—Estas destinada a mi …—Gruño contra mi piel.

Y allí comenzó todo.

Dieciocho meses después : Bajo las llamas del dragón.

Me he llegado a acostumbrar al modo de vida en que me obligaron a tener. Llamaba a mi madre cada tanto, diciendo que tenía un empleo de camarera, y que ganaba bien, al menos para mantenerme aquí. Evan ha dicho que si todo sigue como ahora, podremos viajar nuevamente allá, para ver a mi madre, y así despejar supuestas sospechas.

Mi vida estos últimos meses, terminó siendo una rutina.
Hombres.
Sexo.
Alcohol.
Dinero.
Pero… hay algo que cambió. Los primeros tiempos, Evan traía a cualquiera a que me follara, no le importaba si era linyera, o si contraía alguna enfermedad genital.
Le importaba que le paguen.
Ahora, solo trae a gente chequeada medicamente, y con muy buena paga. Me he convertido en una de la “putas” mas caras, y supuestamente buena.
Todo lo que sé, es gracias a los “estudios” que tengo diariamente con Evan, aquel rubio de ojos miel.

—Hoy no tendrás clientes—Dijo mientras estaba sentado sobre el sofá, sosteniendo una botella de cerveza con la mano. Su pecho estaba desnudo, dejando ver su hermoso dragón. Sus ojos miel estaban posados sobre mis senos, y luego subieron lentamente a mis labios, y por ultimo, a mis ojos.
—De acuerdo—.Contesté.
—¿Quieres sentare?, puedes tomar una cerveza conmigo, si así lo deseas. Eres algo … así como una amiga mia.
—No, gracias.
Giré sobre mis talones, y caminé al cuarto. Mejor encerrada, ¿en que cambia estar en el living con él, o en la habitación?, aprovecharía para acostarme y descansar.

Durante estos meses, cada vez que un hombre me llevaba al cuarto a hacer de mi lo que se le antojaba, Evan se quedaba mirando mis ojos hasta que desaparecía en el cuarto. Cada noche, desde la primer vez.

Hace cinco meses, un tipo pagó muy bien por mi; y esa fue la única vez, que vi realmente fuera de sus casillas a Evan:

—Tres horas. —Dijo el hombre.
—Bien, Tres horas entonces…—Contestó Evan.
El hombre le entregó a Evan un sobre de papel madera, y Evan lo abrió. Adentro tenía dinero, y bastante. Una vez que Evan lo contó, hizo un gesto con su cabeza, y el hombre caminó hacia a mi.
Su pulgar rozó mi mentón, y vi como en su rostro se dibujaba una escalofriante sonrisa.
Sus ojos eran negros, y su color de cabello igual. Todo él, estaba en increíbles condiciones, tanto física como estéticamente.
—Contigo me divertiré …. Y muy bien —Murmuró, y posó sus labios sobre los mios. Al principio no contesté a aquel beso, el apretó mi mano tan fuerte que mis labios respondieron al instante.
Al separarse, tenía el ceño fruncido, y lamió sus labios.
—¿Chica difícil, Ah?
—No señor.
—No lo es, Vane—Dijo Evan detrás de él.
Él asintió, y tomó un maletín negro. Lo guié en silencio hacia el cuarto, y cerré la puerta.
—Cierra con llave —Demandó
Abrí mis labios para acotar algo, pero no lo dije, acaté aquella orden, y cerré con llave.
Vane se sentó en la cama, y se quitó el saco. Mientras se desabrochaba la camisa, su mirada se posó en mi cuerpo, escaneándome.
Sus piernas estaban ligeramente abierta.
—Ven… acércate…
Mordí mi labio inferior, y caminé hacia él. Comencé a deslizar la cinta celeste de mi vestido, para comenzar a quitarmelo y quizás excitarlo.
—¿Quién dijo que puedes hacer eso?, Dije que vengas —Frunció su ceño, y agarró mi muñeca. Con fuerza, hizo que me arrodille ante él, entre sus piernas —Niña tonta, ¿Quién te da el jodido derecho a intentar hacer algo que no he pedido?, pagué mucho por ti, harás lo que ordene —Dijo mientras tomaba mi mentón con fuerza.
Debía admitirlo, tenía miedo. Mucho miedo.
—Desabrocha solamente la bragueta de mi pantalón, saca mi miembro, y chupalo.

Hice todo lo que él pidió. A los pocos minutos, mi boca estaba dándole placer. Sus manos bajaron bruscamente las tiras de mi vestidos, dejando notar mis pequeños senos. Los tomó con fuerza, y chillé.
No me di cuenta, hasta en el momento en que mi mejilla comenzó a doler, que me había pegado. Me quedé observándolo, y negó con su cabeza.
Necesitaba a Evan.
—Shh…si.len.cio ¿logras entender?
Asentí.
—Buena chica, buena puta.
Cuando mi boca nuevamente se abrió para hospedar a su miembro, el posó su mano detrás de mi cabeza y empujó. Me atraganté pero el no dejó que saliera, cinco arcadas mas tarde me soltó de golpe, sosteniendo mi cabello.
Él se paró, y abrió su maletín negro. Sacó de él, una cinta, y varios artefactos : Juguetes.
—¿Has probado? …
Negué con la cabeza mirando hacia abajo. Sentí dos pasos, y miré los lustrados zapatos de charol delante de mi. Lentamente miré hacia arriba, y vi que tenía un artefacto : Una bola pegada a una cinta.
Negué rapidamente y retrocedí gateando hacia atrás.
El sostuvo mi cabello, y me trajo hacia delante. Chille ante ello, pero nuevamente una bofetada tuve.
—Silencio. —Exigió. Empujó mi cuerpo hacia delante, cosa de que mi pecho se encuentre contra el colchon, y mis rodillas sobre el suelo. Aquella bola roja se posó en mi boca, y con la cinta, hizo un nudo detrás de mi cabeza, impidiendo que así hable. —Ahora no hablarás. —Su mano acarició mi entre pierna, y me dio una fuerte nalgueada. A pasos lentos, sacó otro artefacto: Un vibrador, en forma de pene.
—Esto te hará gritar, pero de placer
Alzó mi vestido, y oí una pequeña risa irónica.
—Sin bragas, me agrada —El consolador se posó en mi trasero, y abrí mis ojos como platos.
Aquella parte, Evan la había prohibido. Aunque sea hasta que él sea quien prepare aquella zona.
Un empujón, dos chillidos, y una nalgueada.
Dos empujones, un chillido largo, y cinco nalgueadas.
Último empujon, y mi cuerpo se retorció. Me dolía demasiado, podía sentir aquella zona tirante, e incomoda. Podía sentir como salía sangre de allí por su forma bruta de hacerlo, y tambien lagrima desbordandose por mis ojos, y deslizandose por mi mejilla.

Al prender aquel aparato, comencé a retorcerme. Dios santo, esto era nuevo, doloroso, e increible.
El me volteó y me abofeteó nuevamente. Chille fuertemente, y esta vez, fue un golpe el que golpeó mi rostro, haciendo sangrar mi pómulo.

—¿Todo bien? —Dijo Evan detrás de la puerta, vi el pomo de aquella moverse. Evan quería entrar.
—Si, si.. todo bien—Contestó Vane.
—Abre, esta prohibido cerrar.
—Te he pagado, tu tranquilo. Ella la esta pasando bien —Me dedico una mirada penetrante, y sostuvo mi cuello con su mano.
—Abre…
No tuvo tiempo de responder, la puerta fue abierta abruptamente. Lo ojos de evan se encontraron con los mios, pero solo por un insante. Evan se avalanzó a Vane y comenzó a golpearlo salvajemente.
Hasta gotas de sangre salpicaron sobre mi.
—¡HIJO DE PUTA! —Gritó.
No podía ver mucho, los dos estaban en el suelo luchando en el costado de la cama, y yo estaba inmóvil.
Sentí las manos de Evan rodear mi cuerpo minutos después. Me alzó y me acostó sobre mi cama, su mirada de preocupación recorrió cada centimetro de mi.
—¿Qué te ha hecho? —Desató la mordaza, y mis brazos se enrollaron alrededor de su cuello, solo por un instante. Évan me alejó, y me volteó lentamente. Quitó aquel artefacto de mi ano, y maldijo por lo bajo. —¿Te duele no es así?.
—Si…
—Mi nena…—Susurró acariciando mi trasero —Traeré hielo… ¿tienes el pómulo roto?
Negue con la cabeza, y escondí mi rostro en la almohada.
—Sacaré al estorbo, y vendré a verte, ¿vale?
—Bien.

Pasaron exactamente siete minutos, en que Evan sacó al tipo, y vino al cuarto con dos bolsas de hielo. Lo sabía, porque tenía el reloj en la mesa de luz, y contaba cada segundo esperando que vuelva.
¿Ironico, no?... me sentía segura con Evan, aun sabiendo que él era la mayor inseguridad para mi.

El posó una de las bolsas entre mis nalgas, y chillé.
—Shh.. te hará bien, luego la quitaré —Murmuro dulcemente. Se acostó a un lado de mi, y posó la otra bolsa en mi pómulo. Nuestras miradas se cruzaron, y podía decir que se conectaron de tal forma, que podía sentir lo que él sentia, y viceversa.

La madrugada comenzó a transcurrir, y cuando comencé a quedarme dormida, pude sentir los dulces labios de él sobre los mios, dejando un corto beso.

Me besaba a escondidas, eso era lo que siempre creía que soñaba; pero en realidad no, lo sentía. Él me besaba cuando dormía

—¿En que tanto pensabas? —Murmuraron, y me sobresaté.
—Joder, Evan. Me has asustado.
—Creí que eso ya se había perdido —Sonrío de lado, y caminó hacia la cama, se recostó a un lado, y besó mis labios. El beso fue corto, pero una parte de mi, quería besarlo eternamente.
—Solo… recordaba aquella noche… ya sabes.
—Ya… no te tortures, ¿si? … esta puerta ya no existirá, y nadie te tocará de esa forma
Mi mano se posó sobre su mejilla, acariciando con mi pulgar esta.
—Tambien … hay otra cosa rondando mi mente, desde hace meses.
—¿Qué? —Frunció el ceño, y mi mano descendió hacia su brazo, acariciando su tatuaje, su dragón.
—Quizás dos…
—Habla.
—¿Qué significa el dragón?
El me miró un instante, y suspiró apoyando su espalda contra el colchon, y dirigiendo su mirada al techo.
—Larga historia…
—Creo que me tendrás mucho tiempo, asi que …. Puedes comenzar, no me iré
—¿Cuál es la otra cosa que te tortura?... — Preguntó viendome, y desvié la mirada. —Anda, dime…
—Nada.
—Anda, Ariadna…. Dime
Voltee mi cuerpo solo un poco, y me posé sobre él, mirandolo fijo a sus ojos, y apoyando mis labios sobre los suyos.
— ¿Por qué te amo?...



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Dragón - Relato Erótico, parte I, II - Empty Re: Dragón - Relato Erótico, parte I, II -

18.11.14 16:17

Ahora con más calma: me parece interesante, bueno en esencia, pero creo que le hace faltan un poco más de detalles, un poco más de personalidad femenina a tu personaje principal, por más fuerte o débil que sea una chica no se resigna de esa forma a una vida así, quizá haría falta un intento de escapar donde ella se dañe y el la ayude, para establecer lazos afectivos más reales o describir un poco más su relación para llegar al "te amo" que aparece allí, creo que sobre la primera vez de ella necesitas agregar algo más de lo que ella sentiría, es un abuso a final de cuentas y la siento muy... ausente en ese momento. así me parece como lectora, pero al ser tu el autor... como te guste más n.n


Última edición por DriaCDL el 19.11.14 9:55, editado 1 vez
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Dragón - Relato Erótico, parte I, II - Empty Re: Dragón - Relato Erótico, parte I, II -

18.11.14 18:31
¿síndrome de Estocolmo? Es una interesante historia mas que es una verdad que pasa día con día, las chicas son secuestradas ingenuamente, Solo que no son tan "afortunadas" en ese sentido. y digo "afortunadas" por que presiento a que llegara la cosa, o que el la protege. Aun que aun así es algo triste. pero interesante, quisiera saber como se va desarrollando.
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Dragón - Relato Erótico, parte I, II - Empty Re: Dragón - Relato Erótico, parte I, II -

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