- InvitadoInvitado
Día de cobro
05.11.14 22:29
Me vi tentada a dejarles un cuento más, ji. Este surgió de un sueño, por eso es un poco raro, pero espero que les agrade de todos modos ^^
~ Día de Cobro ~
(—/03/2011)
Hoy es día de cobro y de pago.
Hoy es cuando ellos vienen a reclamar aquello que supuestamente les pertenece y nosotros no tenemos otra opción que dárselo. Sin nosotros ellos no existirían, pero si ellos no nos necesitaran tampoco estaríamos aquí, con vida.
Al principio no creí que acabaría de esta forma, creí que eran mejores que nosotros, más razonables.
Incluso aún recuerdo cuando lo conocí a él. Fue un día en el parque, mientras buscaba huir por un instante de mis problemas. Me pareció el ser más perfecto del mundo, tanto física como mentalmente, y decía cosas hermosas y promesas que costaba creer, pero que sonaban increíblemente ciertas y sinceras.
Fue la primera vez que sentí que me enamoraba de alguien. Cuando sentí que conocía el amor.
Pero hoy, hoy es uno de esos días en que, al recordar aquella vez, siento una rabia tremenda bullendo en mi interior, cuando se me parte y destroza el corazón y juro que jamás podré volver a confiar en alguien. Mucho menos en ellos.
Mi hermana, de pie a mi lado, escruta a través de la ventana de la puerta y me señala un punto en la lejanía, una mancha borrosa que va de una casa a otra con exagerada rapidez. A pesar de todo, lo reconozco. No puede ser cierto... el destino, si es que existe, me odia.
En mi mente resuenan las miles de promesas que se han roto, que él ha roto, y mis ojos se humedecen de frustración.
¿Por qué hoy? ¿Por qué él? ¿Cuántas posibilidades había de que a él le asignaran nuestra zona?
En momentos como este quisiera realmente desaparecer. Huir. Esconderme.
No podré hacerlo, definitivamente no podré. Si lo veo, yo...
Mi hermana abre la puerta, resignada, y sale con mirada ausente. Uno sólo tiene que dejar de pensar y al momento siguiente ya puedes continuar con tu vida normal. Pero yo... él...
Doy media vuelta y echo a correr hasta mi cama, sin poder contener más el llanto. A mi mente ya comienzan a acudir las imágenes y recuerdos de aquel día, antes de que todo cambiara.
—Se te ha caído —dice una voz masculina, a mi lado.
Me vuelvo con los ojos enrojecidos y la mirada baja.
—Gracias —respondo con voz débil, tomando mi paquete de pañuelos.
Ya estoy por irme de nuevo cuando siento un roce frío en el hombro.
— ¿Estás bien?
Es entonces cuando alzo la vista hacia un hombre de pelo castaño y mirada color caoba.
—S-sí, estoy bien.
—Eso suena a una mentira ya dicha muchas veces.
—No tiene importancia —corto, alejándome unos pasos de él.
—Permíteme ayudarte... por favor —dice yendo tras de mí.
—¿Por qué lo harías?
—Porque me importas.
Eso me toma desprevenida y me detengo de golpe.
¿A alguien le importo? ¿Eso puede ser verdad?
—Ven, siéntate conmigo —dice con voz dulce—, cuéntame lo que pasa.
Tardo algunos segundos en decidirme y tomar asiento a su lado, en una de las viejas bancas del parque llena de hojas secas. Crujen bajo mi peso y siento que me desplomo, como si cayera a un abismo negro...
Mi hermana entra en la habitación tocándose el cuello levemente. Me mira con gesto ausente y se acerca unos cuantos pasos.
—Te está esperando.
Meneo la cabeza con terquedad y escondo mi cara contra la almohada.
—¿No irás? Sabes que...
—Si sigue ahí... dile que vuelva en un rato. No estoy lista aún.
Ella mira hacia una de las ventanas y asiente, para después salir de la habitación sin decir nada más.
El llanto vuelve con mayor intensidad al sentirlo alejándose, corriendo hacia otra casa, hacia otra chica, y me imagino cómo repite las promesas que a mí me hizo...
—¿No me temes?
—No, no creo que eso sea razón para temerte.
Me sonríe cautivadoramente, dejando a la vista su condición.
—Ojalá los demás pensaran como tú. Pero claro, seguramente eres única —dice pasando una mano por mi mejilla y mirándome fijamente con sus desconcertantes ojos caoba. Siento claramente como mi piel se colorea ante sus palabras y su contacto—. Ojalá pudiera llevarte conmigo, para que nadie más volviera a lastimarte... para cuidarte y protegerte de todo —continua, con voz profunda, y sin despegar su vista de la mía—. Ojalá no fuera lo que soy.
—Apenas me conoces, ¿lo... lo dices en serio?
—No tengo razones para mentirte. Además, estoy seguro de que te conozco mejor de lo que nadie te conoce, ¿o no?
Lo pienso un momento. La verdad es que nunca le había contado tantas cosas sobre mí a alguien, todos mis problemas y preocupaciones. ¿Es posible que...?
—Si tan sólo... —comienza a decir de nuevo, desviando su mirada hacia un punto lejano en el horizonte—. Si tan sólo tú...
—¿Qué?
—¿Te da miedo la muerte?
—Yo... no lo sé, supongo que sí.
—¿Te gustaría poder evitarla?
—¿Evitarla?
Me devuelve una mirada de reojo, profunda y amenazante, cargada de seriedad.
—No lo sé —respondo.
—Ya veo. ¿Te parece si nos reunimos en otro momento?
—Oh, claro... sí.
—Bien. Hasta entonces, pequeña —se despide con una sonrisa y me toma la mano para darme un diminuto y dulce beso ahí.
Cuando se va, yo aún estoy luchando por volver a respirar.
Poco a poco, comienza a hacer más frío en mi habitación, y mi cuerpo responde con un débil tiriteo. Decido entrar en la cama y envolverme en las cálidas cobijas.
El Sol ya se ha marchado, dejando en el cielo la acostumbrada marca rojiza de su ausencia. Es del color de la sangre... tan rojo...
Un repentino escalofrío me recorre entera y me encojo sobre mí misma, haciendo un intento por entrar en calor. Me froto los brazos con las manos cuando siento que algo me detiene las muñecas... alguien.
—Eso ya no será necesario —susurra en mi oído.
—¿Qué haces aquí?
— Eso lo sabes.
—Día de cobro, supongo.
—Aparte, he decidido que no puedo esperar más.
—¿Esperar a qué? Me mentiste, me engañaste, me hiciste creer en ti, en que eras distinto.
—Yo jamás dije eso.
—Ahora lo estás negando.
—Si decidiste creer en mí fue por algo, por tu propio criterio.
—Fue por tus palabras, pero ya veo que no valen nada.
—¿Ah, no?
Tardo varios segundos en responder, pero al final recuerdo porqué lo odio tanto. Es día de cobro.
—No.
—¿Y si te demuestro lo contrario?
—No veo cómo. El daño está hecho.
—Nada es irreversible, salvo la muerte. ¿Le temes a la muerte?
—No.
—Eso lo hubieras dicho desde un inicio, pequeña.
Su abrazo me envuelve. Sus manos me aprisionan. Su beso me...
Me va a matar. Ahora me doy cuenta.
Suspiro profundamente, diciéndole adiós a la vida, al tiempo que el filo de sus colmillos atraviesa la piel de mi cuello y extrae el pago que le debo.
Después de todo, es día de cobro...
... cuando termina, no hago más que cerrar los ojos y llorar, como las tantas otras veces que ellos vienen a cobrarnos la vida que nos permiten vivir.
~ Día de Cobro ~
(—/03/2011)
Hoy es día de cobro y de pago.
Hoy es cuando ellos vienen a reclamar aquello que supuestamente les pertenece y nosotros no tenemos otra opción que dárselo. Sin nosotros ellos no existirían, pero si ellos no nos necesitaran tampoco estaríamos aquí, con vida.
Al principio no creí que acabaría de esta forma, creí que eran mejores que nosotros, más razonables.
Incluso aún recuerdo cuando lo conocí a él. Fue un día en el parque, mientras buscaba huir por un instante de mis problemas. Me pareció el ser más perfecto del mundo, tanto física como mentalmente, y decía cosas hermosas y promesas que costaba creer, pero que sonaban increíblemente ciertas y sinceras.
Fue la primera vez que sentí que me enamoraba de alguien. Cuando sentí que conocía el amor.
Pero hoy, hoy es uno de esos días en que, al recordar aquella vez, siento una rabia tremenda bullendo en mi interior, cuando se me parte y destroza el corazón y juro que jamás podré volver a confiar en alguien. Mucho menos en ellos.
Mi hermana, de pie a mi lado, escruta a través de la ventana de la puerta y me señala un punto en la lejanía, una mancha borrosa que va de una casa a otra con exagerada rapidez. A pesar de todo, lo reconozco. No puede ser cierto... el destino, si es que existe, me odia.
En mi mente resuenan las miles de promesas que se han roto, que él ha roto, y mis ojos se humedecen de frustración.
¿Por qué hoy? ¿Por qué él? ¿Cuántas posibilidades había de que a él le asignaran nuestra zona?
En momentos como este quisiera realmente desaparecer. Huir. Esconderme.
No podré hacerlo, definitivamente no podré. Si lo veo, yo...
Mi hermana abre la puerta, resignada, y sale con mirada ausente. Uno sólo tiene que dejar de pensar y al momento siguiente ya puedes continuar con tu vida normal. Pero yo... él...
Doy media vuelta y echo a correr hasta mi cama, sin poder contener más el llanto. A mi mente ya comienzan a acudir las imágenes y recuerdos de aquel día, antes de que todo cambiara.
—Se te ha caído —dice una voz masculina, a mi lado.
Me vuelvo con los ojos enrojecidos y la mirada baja.
—Gracias —respondo con voz débil, tomando mi paquete de pañuelos.
Ya estoy por irme de nuevo cuando siento un roce frío en el hombro.
— ¿Estás bien?
Es entonces cuando alzo la vista hacia un hombre de pelo castaño y mirada color caoba.
—S-sí, estoy bien.
—Eso suena a una mentira ya dicha muchas veces.
—No tiene importancia —corto, alejándome unos pasos de él.
—Permíteme ayudarte... por favor —dice yendo tras de mí.
—¿Por qué lo harías?
—Porque me importas.
Eso me toma desprevenida y me detengo de golpe.
¿A alguien le importo? ¿Eso puede ser verdad?
—Ven, siéntate conmigo —dice con voz dulce—, cuéntame lo que pasa.
Tardo algunos segundos en decidirme y tomar asiento a su lado, en una de las viejas bancas del parque llena de hojas secas. Crujen bajo mi peso y siento que me desplomo, como si cayera a un abismo negro...
Mi hermana entra en la habitación tocándose el cuello levemente. Me mira con gesto ausente y se acerca unos cuantos pasos.
—Te está esperando.
Meneo la cabeza con terquedad y escondo mi cara contra la almohada.
—¿No irás? Sabes que...
—Si sigue ahí... dile que vuelva en un rato. No estoy lista aún.
Ella mira hacia una de las ventanas y asiente, para después salir de la habitación sin decir nada más.
El llanto vuelve con mayor intensidad al sentirlo alejándose, corriendo hacia otra casa, hacia otra chica, y me imagino cómo repite las promesas que a mí me hizo...
—¿No me temes?
—No, no creo que eso sea razón para temerte.
Me sonríe cautivadoramente, dejando a la vista su condición.
—Ojalá los demás pensaran como tú. Pero claro, seguramente eres única —dice pasando una mano por mi mejilla y mirándome fijamente con sus desconcertantes ojos caoba. Siento claramente como mi piel se colorea ante sus palabras y su contacto—. Ojalá pudiera llevarte conmigo, para que nadie más volviera a lastimarte... para cuidarte y protegerte de todo —continua, con voz profunda, y sin despegar su vista de la mía—. Ojalá no fuera lo que soy.
—Apenas me conoces, ¿lo... lo dices en serio?
—No tengo razones para mentirte. Además, estoy seguro de que te conozco mejor de lo que nadie te conoce, ¿o no?
Lo pienso un momento. La verdad es que nunca le había contado tantas cosas sobre mí a alguien, todos mis problemas y preocupaciones. ¿Es posible que...?
—Si tan sólo... —comienza a decir de nuevo, desviando su mirada hacia un punto lejano en el horizonte—. Si tan sólo tú...
—¿Qué?
—¿Te da miedo la muerte?
—Yo... no lo sé, supongo que sí.
—¿Te gustaría poder evitarla?
—¿Evitarla?
Me devuelve una mirada de reojo, profunda y amenazante, cargada de seriedad.
—No lo sé —respondo.
—Ya veo. ¿Te parece si nos reunimos en otro momento?
—Oh, claro... sí.
—Bien. Hasta entonces, pequeña —se despide con una sonrisa y me toma la mano para darme un diminuto y dulce beso ahí.
Cuando se va, yo aún estoy luchando por volver a respirar.
Poco a poco, comienza a hacer más frío en mi habitación, y mi cuerpo responde con un débil tiriteo. Decido entrar en la cama y envolverme en las cálidas cobijas.
El Sol ya se ha marchado, dejando en el cielo la acostumbrada marca rojiza de su ausencia. Es del color de la sangre... tan rojo...
Un repentino escalofrío me recorre entera y me encojo sobre mí misma, haciendo un intento por entrar en calor. Me froto los brazos con las manos cuando siento que algo me detiene las muñecas... alguien.
—Eso ya no será necesario —susurra en mi oído.
—¿Qué haces aquí?
— Eso lo sabes.
—Día de cobro, supongo.
—Aparte, he decidido que no puedo esperar más.
—¿Esperar a qué? Me mentiste, me engañaste, me hiciste creer en ti, en que eras distinto.
—Yo jamás dije eso.
—Ahora lo estás negando.
—Si decidiste creer en mí fue por algo, por tu propio criterio.
—Fue por tus palabras, pero ya veo que no valen nada.
—¿Ah, no?
Tardo varios segundos en responder, pero al final recuerdo porqué lo odio tanto. Es día de cobro.
—No.
—¿Y si te demuestro lo contrario?
—No veo cómo. El daño está hecho.
—Nada es irreversible, salvo la muerte. ¿Le temes a la muerte?
—No.
—Eso lo hubieras dicho desde un inicio, pequeña.
Su abrazo me envuelve. Sus manos me aprisionan. Su beso me...
Me va a matar. Ahora me doy cuenta.
Suspiro profundamente, diciéndole adiós a la vida, al tiempo que el filo de sus colmillos atraviesa la piel de mi cuello y extrae el pago que le debo.
Después de todo, es día de cobro...
... cuando termina, no hago más que cerrar los ojos y llorar, como las tantas otras veces que ellos vienen a cobrarnos la vida que nos permiten vivir.
- InvitadoInvitado
Re: Día de cobro
06.11.14 11:31
-aplausos-
Me encanta cuando se toman este tipo de temáticas y se las convierte en una narración.
Me encanta cuando se toman este tipo de temáticas y se las convierte en una narración.
- AliAFICIONADO
- Mensajes : 1356
Re: Día de cobro
06.11.14 14:30
Ohhh me gusto mucho.
Debo decir que lo imagine a "él" muy lindo y quiero que me venga a cobrar ajaja Ok no ajaja
No en serio, está muy bien escrito, me gusta como pasas del presente al pasado y viceversa en tan poco tiempo. Muy bueno ^^
Debo decir que lo imagine a "él" muy lindo y quiero que me venga a cobrar ajaja Ok no ajaja
No en serio, está muy bien escrito, me gusta como pasas del presente al pasado y viceversa en tan poco tiempo. Muy bueno ^^
- InvitadoInvitado
Re: Día de cobro
06.11.14 21:18
¿El tipo de temáticas raras? jajaja. La mitad de mis cuentos cortos son sueños, así raros xD Mi mente despierta no suele ser tan creativa :c
Me alegro que te haya gustado, Ali ^^
Y sí, "él" era lindo en el sueño ;D... pero daba mala espina al final (?)
Muchas gracias a las dos por leer n_n *reparte galletitas*
Me alegro que te haya gustado, Ali ^^
Y sí, "él" era lindo en el sueño ;D... pero daba mala espina al final (?)
Muchas gracias a las dos por leer n_n *reparte galletitas*
- AliAFICIONADO
- Mensajes : 1356
Re: Día de cobro
06.11.14 23:22
Nyph-Atzbel escribió:¿El tipo de temáticas raras? jajaja. La mitad de mis cuentos cortos son sueños, así raros xD Mi mente despierta no suele ser tan creativa :c
Me alegro que te haya gustado, Ali ^^
Y sí, "él" era lindo en el sueño ;D... pero daba mala espina al final (?)
Muchas gracias a las dos por leer n_n *reparte galletitas*
No se si mala espina, pero yo tengo una seria obsesión con los vampiros, así que cuando escribiste " sus colmillos atraviesa la piel de mi cuello..." ya me enamore ajajajajajajaj
- InvitadoInvitado
Re: Día de cobro
07.11.14 12:59
Nyph? Eres la misma Nyph que yo conozco? Wow, no esperé encontrarte aquí la verdad, pero dudo que haya muchas personas mexicanas con ese mismo nombre y que tengan una cabra en su avatar XDDD
El relato me ha dejado... *suspiro* Es increíble!!! Me gusta mucho como escribes, no sé, es ese estilo de escritura que te invita a seguir leyendo, las palabras que usas y ese aire misterioso me encantan. La trama es muy atrayente e interesante, amaría leer una versión más extensa, pero bueno, cualquiera quisiera leer más sobre "él" ewe
El relato me ha dejado... *suspiro* Es increíble!!! Me gusta mucho como escribes, no sé, es ese estilo de escritura que te invita a seguir leyendo, las palabras que usas y ese aire misterioso me encantan. La trama es muy atrayente e interesante, amaría leer una versión más extensa, pero bueno, cualquiera quisiera leer más sobre "él" ewe
- InvitadoInvitado
Re: Día de cobro
08.11.14 22:27
Jajaja... yo también tengo algo con los vampiros. Tengo una historia larga con esa temática... pero llevo pocos capítulos ^^U
Mc!! Yo tampoco esperaba encontrarte aqui, jajaja. Qué milagro.
Qué bueno que te gustó n-n. A veces me dan ganas de sacar historias largas de todos mis cuentos, pero ya tengo tantas que no doy más y se quedan ahi, ji. Gracias por pasarte (=
Mc!! Yo tampoco esperaba encontrarte aqui, jajaja. Qué milagro.
Qué bueno que te gustó n-n. A veces me dan ganas de sacar historias largas de todos mis cuentos, pero ya tengo tantas que no doy más y se quedan ahi, ji. Gracias por pasarte (=
- InvitadoInvitado
Re: Día de cobro
08.11.14 22:33
Jaja lo sé, el ciberespacio es un pañuelo. Y no es nada n.n De veras que voy a tener que darme la tarea de leer tus otros cuentos! =D
P.d: Los vampiros son seres misteriosamente sexys (?)
P.d: Los vampiros son seres misteriosamente sexys (?)
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