Cúpula de Libros
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julio5866
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libro - Mi libro: EL CORAZÓN DEL MAGO. Empty Mi libro: EL CORAZÓN DEL MAGO.

21.10.15 10:53
Antes que nada me encantaría dejarles un saludo a todos los lectores, escritores, y bibliofilos que se encuentran en esta cúpula. Ahora quiero dejarles unos capítulos del libro que escribo en estos momentos y que espero que les guste. Lo primero será la sinopsis claro está.

Sinopsis:

La prestigiosa academia  Merrytought es un recinto donde la destreza y el saber son ampliamente valorados.  dentro de sus muros se dictan clases a poderosos seres que han intervenido durante siglos a lo largo de la historia.  Ángeles, magos y demonios estudian dentro de esta institución. Ahí aprenden poderosos trucos, hechizos mágicos,  cómo controlar sus poderes personales, tácticas para el control de la mente, y muchas otras cosas.

Pero, ¿qué ocurre cuando no todo es tan bueno como parece? Durante un viaje a una de las academias hermanas para competir en un torneo de "combate mágico" uno de los integrantes del viaje es asesinado a bordo del "magic express".  Los estudiantes se verán súbitamente atrapados dentro de un tren con un misterioso y despiadado psicópata que le ha sacado el corazón del pecho a su pobre, pero odiada victima. Los pasajeros deberán descubrir al asesino antes de que este termine con sus vidas. ¿sería un brujo? ¿un demonio? ¿o quizás un ángel?. Una historia de misterio que  enganchará rápidamente, y que permitirá al lector convertirse en nuestro mejor detective.

Obra registrada en Safe Creative
Código de registro: 1510155484536
© Todos los derechos reservados.
Queda totalmente prohibida su copia o adaptación.
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libro - Mi libro: EL CORAZÓN DEL MAGO. Empty Capítulo 1: La clase de pociones.

21.10.15 10:55
Capítulo 1: La clase de pociones.

―Preparar una poción destructora, Que aburrido ―gritó Victoria Van der Ville desde el otro lado de la habitación―  te juro que la profesora está perdiendo las ganas de enseñar ―buscaba unas hojas de azafrán y tomaba unos cabellos y escamas de sirena que su madre guardaba en la alacena―. En verdad no veo el momento de tenerla terminada para volver a mis estudios de nigromancia. Esos sí que son estudios interesantes

―Es lo que la Sra. Phoenix nos pidió hacer―le respondió su hermano Sebastian, quién se veía más que ridículo revolviendo el contenido del gigantesco caldero con un enorme cucharón, y con un sombrero puntiagudo de brujo puesto―,  además te recuerdo que nos prometió que daría un poderoso artefacto mágico a aquel grupo que hiciera la más efectiva.

―Sabes mejor que nadie, Sebastian, que solo quieres demostrar que eres el mejor preparando pociones. Siempre has sido el tipo de persona que le gusta que admiren sus logros. Estoy segura que lo que sea que nos vayan a dar te tiene sin cuidado.

―Cierto hermanita, pero igual siempre es bueno probar el sabor de la victoria. Y Nunca está de más un artefacto poderoso; sobre todo si es una vara de roble negro. ―respondió mientras removía lentamente el contenido color sangre de su caldero― Andrew por favor apresúrate con las colas de rata que ya este menjurje está hirviendo.

La familia Van der Ville era una familia de la aristocracia mágica, dueña de una mansión que, tanto en su interior como su exterior era completamente blanca. La misma albergaba un sótano en el más bajo nivel donde los hermanos hacían sus prácticas de embrujos y pociones; materias que Sebastian en verdad disfrutaba y por las cuales peleaba siempre con Sophia Halloway por las mejores calificaciones.

―Ya voy. ―respondió Andrew cruzando el cuarto casi corriendo, y estuvo a punto de tumbar al suelo una alacena llena de ingredientes para pociones― No es necesario apresurarte tanto, las colas de rata son mejores frescas así que hace falta quitárselas al menos 5 minutos antes de preparar la poción. Y estoy de acuerdo con Victoria, solo hacemos esto porqué te gustan las pociones y porque siempre has querido demostrar que eres mejor que Sophia en todo.

―Bueno dejemos este tema hasta aquí ― respondió el aludido―, y continuemos con la preparación. Tenemos que llevarla mañana a la academia y no vamos aún por la mitad. Victoria, echa más madera a la hoguera que necesitamos calor.

La academia mágica Merrytought, sitio para que los jóvenes con poderes extraordinarios moldearan sus conocimientos se encontraba ubicada tras un campo de fuerza invisible, el cual era vigilado y mantenido invariablemente por los miembros de la familia Qing, cuyas mujeres siempre habían llegado a tomar el lugar de directoras de la academia. La actual directora, quien había conservado el puesto por más de 35 años, era la hechicera Jeneviev Qing. Experta en la evocación de campos de fuerza, y una de las mejores brujas que hayan egresado de Merrytought. Bajo su directriz se había alcanzado la excelencia en cuanto a egresados, brujos, angeles y demonios; puesto que los alumnos salientes demostraban habilidades mágicas sorprendentes, incluso los más jóvenes avanzaban de curso por demostraciones de destreza que llegaban a ser tanto, o más eficaces que las de alumnos más avanzados. Tal era el caso de Victoria Van der Ville, quien a sus trece años ya se encontraba en el sexto año de hechicería, y demostraba una gran capacidad, casi equiparable a la de su hermano Sebastian.

―Victoria, ya es momento de recitar el hechizo final de la receta, ya Andrew está listo, alcánzanos el libro de conjuros. ―

―Aquí lo tengo. Por lo visto es muy sencillo, solo debemos pronunciarlo los tres, y agregar el eneldo al caldero para terminar. ―dijo Victoria, llevando consigo un libro de enormes proporciones, ajado tanto en la portada como en el lomo, dentro del cual figuraban milenios de embrujos, recetas, y conocimientos ancestrales.

―Yo tengo el eneldo muchachos―dijo Andrew sosteniendo una verde ramita― por favor colóquense en triangulo con las manos extendidas hacia la poción, y concéntrense en el color turquesa. Ahora digamos el conjuro.

― "Adelante fuerzas que rigen el mundo, conviertan en polvo a quien reciba este conjuro, debiliten murallas y construcciones, reduzcan a nada todo lo que toquen" ―.

Al terminar de pronunciar el hechizo y agregar una colorida rama de eneldo a la mezcla el contenido burbujeante del caldero comenzó a cambiar su color y consistencia, pasando de un color violeta líquido a un color turquesa con una textura pastosa.

―Esto parece un engrudo azul. ―rió Sebastian mientras tomaba una cuchara y vertía la espesa pócima en cuatro botellas del tamaño de un salero― la profesora estará muy contenta con esto. Ya culminamos con las labores de hoy, creo que me merezco un libro y una taza de té. Aquí tienen ustedes sus frascos personales, y aquí está la botella que entregaremos mañana a la Sra. Phoenix. Andrew, tú eres el más confiable. Asegúrate de llevarla al salón de calderas mañana temprano.


*****

El salón de calderas constaba de una mazmorra helada, que se mantenía así gracias a los conjuros de cryokinesis que rondaban siempre la escuela. El salón debía mantenerse frio puesto que la Sra. Phoenix gustaba de exigir a sus estudiantes. Ellos debían poder llevar a cabo una poción satisfactoria, aún en las más precarias situaciones, como el viento helado que impedía crear fuego, el llanto de una banshee que apagaba los calderos y cambiaba la consistencia de lo que hervía dentro, en fin, infinidad de cosas que la profesora preparaba solo para mantener concentrados a sus estudiantes en la preparación. La oscura mazmorra se veía deprimente y lúgubre, y a muchos alumnos esa clase les causaba un inmenso pavor. El frio helaba la sangre y los gritos eran como cuchillas que cortaban hasta lo más profundo de sus tímpanos. Sin embargo varios de sus estudiantes se las habían arreglado para alcanzar excelentes notas con la Sra. Phoenix; que había quedado muy satisfecha al ver el frasco lleno de líquido pastoso y de color turquesa fuerte.

Era la última poción que recibía aquella mañana y ya era el momento de que los alumnos probaran sus conocimientos de pociones con una prueba que la profesora tenía ya planeada. Destruir por medio de la poción un campo de fuerza de tercer nivel, evocado por la directora Qing, a quien le gustaba comprobar personalmente el nivel de sus estudiantes, y por esa razón estaba sentada en un rincón privilegiado, en una butaca antigua madera fina, y a su lado una pequeña mesita en la cual reposaban ordenadamente una taza de té, hecha de porcelana rosa, y una azucarera de plata.

La directora miraba la prueba muy interesada, y la profesora comenzó los llamados a los grupos para presentar sus pociones.

―Iniciemos con el grupo número dos. ―dijo la profesora levantando la voz y transportando la botella que reposaba en la mesa frente a Sophia Halloway― Sophia Halloway, Daniel Faithful, David Kross Lamperd. Pasen adelante mientras yo doy uso a su poción.

Los aludidos pasaron al frente, nerviosos, Daniel movió la cabeza para acomodarse un mechón rebelde de su cabello; manía que había adquirido hacía mucho, y que a los demás compañeros les parecía muy exagerada y ridícula. Sophia se veía notoriamente molesta. Sebastian se dio cuenta (con ayuda de sus poderes empáticos) que se encontraba disgustada porque sus compañeros la habían dejado trabajando sola, y se sintió a su vez, molesto y decepcionado. La profesora tomo la poción entre sus delgados dedos y la lanzó al aire, donde rebotó con una pared invisible a la cual solo logró agrietar un poco.

―Insatisfactoria.― dijo mirando a Sophia a los ojos, donde solo encontró una nada desdeñable cuota de odio.

Y con estas palabras de la profesora Phoenix, Sophia Halloway caminó con la cabeza baja hasta su escritorio sin mirar a nadie a su alrededor. Detestaba fallar en algo simplemente porque sus compañeros habían decidido que "tenían mejores cosas que hacer". «No sé por qué me pusieron a trabajar con un par de demonios...» pensó.

―El siguiente en ser evaluado será el grupo tres. Grupo de 4 integrantes Natalya Sermikova, Miranda De la Rosa, Raven y Ambar Louisernbarn. Pasen al frente queridas. ―

El grupo conformado únicamente por mujeres desfiló frente a todos y tomó lugar frente a la mesa de su profesora. Las cuatro damas eran más bien solitarias. Generalmente hablaban solo entre ellas. Sin embargo estas eran bastante hábiles en todas sus clases y se decía por los profesores que tenían mucho futuro si continuaban así. Especialmente Ámbar Louisernbarn. Una joven bruja algo menuda, cuyo rostro se encontraba enmarcado por unos pequeños lentes que hacían que sus ojos se vieran más grandes de lo que eran en realidad. (Quizás por un encantamiento) Ámbar era realmente lista, y también callada. Se podía decir que era la más perspicaz en su grupo social. El grupo avanzó con todas sus integrantes muy seguras de sí mismas, y la directora Qing, movió un poco sus gafas para poder observar mejor el desempeño de las jóvenes, a la vez que daba un pequeño sorbo a su taza de té. La profesora Phoenix tomó la botella, la agitó y la lanzó al aire, como hiciera con la botella anterior, solo que esta al dar en el blanco desvaneció por completo el campo de fuerza que le sirviera de objetivo. La directora Qing se encontró muy satisfecha con el resultado, y la profesora Phoenix estuvo muy feliz de poder colocar al grupo un "excelente".

Hubo un pequeño receso mientras la profesora anotaba con su pluma las calificaciones obtenidas. La directora Qing realizó otro nuevo campo de fuerza de nivel tres, sin tan siquiera pestañear, y procedió a dar otro sorbo a su taza de té, que parecía no ser suficiente. La profesora llamó, con voz dulce, y un tanto nasal, al grupo número uno. Conformado por Andrew Basterbine, Sebastian y Victoria Van der Ville.

―Pasen al frente de la clase, es el momento de lanzar su poción. ―

Una vez más la mujer tomó entre sus delgados y blancos dedos la botellita de cristal llena de un líquido azulado. Lanzó la botella al blanco colocado y con un gran y sonoro estallido el campo de fuerza explotó en varios pedazos, como si de vidrio se tratase; los trozos azul cielo del campo de fuerza evocado volaron por los aires y algunos de los estudiantes estuvieron a punto de ser cortados, de no ser por un nuevo campo de fuerza que la joven Yixing Qing creó alrededor de sus compañeros para protegerlos. Además de haber agrietado parte de la pared que se encontraba detrás el estallido tuvo la fuerza para tumbar los libros de texto que la profesora mantenía en un librero empotrado a la pared.

Todos en el salón abrieron los ojos sorprendidos, y la directora Qing removió las gafas de su rellena faz. Podía verse en ella una genuina expresión de asombro, no exenta de contrariedad. La profesora Phoenix tomó notas y envió a los integrantes, aún asombrados, a sus asientos. Y prosiguió a llamar al cuarto grupo, sin siquiera dirigirles la mirada a los anteriores.

―Ghezaleh Aisha, Basterbine Alexa, y Monique LeBlanc. Ardo en deseos de ver el trabajo que tienen preparado para hoy.

Las tres pasaron al frente de la clase, entre los murmullos de algunos de sus compañeros. Principalmente Daniel, quien tenía cierta aversión hacia Monique. Pasaron al centro, Monique siempre con la cabeza baja tratando de evitar las miradas. Al ser lanzado, el recipiente desvaneció el campo de fuerza, y además lanzó una buena cantidad de luz y brillos que dejaron embelesados a los demás alumnos. La profesora Phoenix, quien estaba acostumbrada a los extravagantes resultados con los que Monique aderezaba sus labores, quedó muy complacida.

Monique era una experta bruja que siempre gustó de la belleza, y sabía cómo cambiar la estructura de una poción para crear efectos visuales increíbles, sin desmejorar la efectividad de la misma. Sin embargo, a algunos de sus compañeros molestaba esto por sentirlo «demasiado perfecto.»

―Hermoso, como siempre muchachas. Tienen ganado un "magistral" ―la nota más alta que se entregaba en la academia.― ahora por favor pase el último grupo de la clase. Christian Harrington-Lamperd, Franccesca Pirlott, Giuliana Evans, y Yixing Qing.

Yixing Qing era la hija de la directora de la academia, y próximamente candidata a ser la nueva directora de la misma, una vez sus estudios de magia hubiesen terminado. Gracias a las enseñanzas de su madre, Yixing había logrado obtener el máximo nivel permitido en la academia, y estaba orgullosa de ello. Sin embargo, había adoptado gracias a esto una actitud de superioridad en la cual no sentía que hubiese nadie parecido a ella, en base a poder e inteligencia. Pasaba la mayor parte del tiempo en un rincón, siempre callada leyendo una que otra novela, y limpiando sus gruesos lentes de pasta negra. Hablaba muy poco y siempre mantenía en su rostro taciturno una expresión de desasosiego. Al pasar frente a la profesora miraba al vacío, mientras sus compañeros iban tras de ella. La profesora hizo aparecer la botella en su mano y lanzó al aire su contenido, el cual rebotó en el campo de fuerza y cayó al suelo, aparentemente sin haber hecho absolutamente nada. Para luego lanzar al campo de fuerza un rayo que hizo que, tanto la botella como el campo se vieran reducidos a nada. La pócima había cumplido con su trabajo, y la directora Qing estaba extremadamente satisfecha.

-Muy bien, esta fue una gran demostración. Estoy muy contenta por ustedes muchachos, al menos por la mayoría. ―dijo la profesora Phoenix, y Levantóse de su silla, ajustó su vestido y dio un ligero aplauso, para dar por terminada la clase.

―Los integrantes del grupo número uno, pasen por mi oficina de inmediato. ―les llamó la directora, limpiando sus pequeñas gafas.
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libro - Mi libro: EL CORAZÓN DEL MAGO. Empty Re: Mi libro: EL CORAZÓN DEL MAGO.

21.10.15 10:57
Para ustedes dejo el link de la pagina en que se encuentra; donde ya he subido 16 caps y estoy trabajando en el número 17. Si lo quieren leer pasense por

https://www.wattpad.com/story/27770733-el-coraz%C3%B3n-del-mago-wattys2015
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libro - Mi libro: EL CORAZÓN DEL MAGO. Empty Re: Mi libro: EL CORAZÓN DEL MAGO.

21.10.15 12:18
Ya yo lo lei se los recomiendo a todos los que les guste la fantasia y el misterio I love you
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libro - Mi libro: EL CORAZÓN DEL MAGO. Empty Capítulo 2

07.11.15 21:16
Capítulo II.

Lagrima de luna.
La oficina de la directora era un salón enorme, y acogedor, donde reposaban sobre la chimenea una gran cantidad de libros de los más selectos magos y brujas que hubiesen asistido a la academia y conseguido verse envueltos en el campo del éxito y la literatura mágica. Ex alumnos que, agradecidos con la directora Qing por sus enseñanzas y capacidades, le enviaban regularmente ejemplares de sus libros, e incluso de cualquier otro título "mortal" que ella desease.
Los tres jóvenes entraron al lugar con el corazón acelerado y vieron a la directora sentada pacíficamente, con una expresión de tranquilidad, que hizo que su nerviosismo decreciera un poco. Qing sacó de una gaveta en su escritorio de madera de roble negro una pluma de pavorreal y una libreta de pergamino blanco, y los dejó reposando sobre la mesa antes de dirigirse a ellos.
―Jóvenes, no necesitan alarmarse. ―recalcó muy pausadamente, y con una dulce y maternal sonrisa en su rostro, algo redondo, que hizo que los aludidos inmediatamente bajasen su guardia― Los traje aquí porque quedé sumamente complacida con la poción preparada. ―se levantó de su silla y comenzó a caminar por el salón con las manos tras la espalda― Les explicaré. ―dijo, y se detuvo en seco en medio de la oficina, y los miró a los tres directo a los ojos― El hecho de que un campo de fuerza se vea destruido como si se estuviese rompiendo una pared de vidrio, implica que el método utilizado para romperlo, es excepcionalmente fuerte. Y, basada en lo que pude ver en su demostración; esa pócima que prepararon tenía suficiente poder como para destruir un campo de fuerza de nivel 5 ó 6. Y me gustaría probar si en verdad tiene tanta fuerza.
La puerta contigua al despacho donde se encontraban se abrió lentamente, y Yixing Qing entró al despacho de su madre. Sus ojos estaban puestos en los tres jóvenes, caminó hacia ellos pausadamente, y, al llegar hizo una especie de reverencia. Se dispuso a crear un campo de fuerza de nivel 6, para el cual necesitó realizar un corto cántico. Un velo azulado se formó frente a ellos. Se veía impenetrable, pero la directora esperaba que la poción fuese lo suficientemente fuerte para destruirlo.
―Si son tan amables de entregarme por favor un poco de su pócima destructora ―dijo la directora― eso, claro, asumiendo que conserven con ustedes un poco.
―Si directora. Aquí tiene ―respondió Victoria, sacando de su bolso un frasquito de cristal en el que se movía un líquido espeso y azulado.
―Muchas gracias querida ―respondió mientras tomaba el frasco de las manos de Victoria y lo lanzaba hacia la pared invisible que formaba el campo de fuerza.
Se oyó un ligero chasquido y en el campo de fuerza se formó una gran grieta; sin embargo no fue destruido. La directora acomodó sus gafas y la pluma en su escritorio realizó un movimiento brusco; se levantó y comenzó a tomar notas por sí misma. La directora Qing pidió a su hija la elaboración de un nuevo campo de fuerza; esta vez de nivel 5, y esperó que tuviesen otro frasco preparado para este. Sebastian levantó la manga del traje de su camisa, revelando un largo y negro guante que cubría todo su brazo. murmuró unas palabras y en el dorso del guante aparecieron diversos frascos con líquido de varios colores, todos de un muy fino cristal tallado.
―Me gusta estar preparado, así que siempre llevo conmigo todo tipo de pócimas.
Sacó del tercer compartimento la pequeña botella y la pasó a su hermana Victoria; quien luego de pedir la aprobación de la directora, lanzó con fuerza el frasquito hacia la pared invisible, la cual se desvaneció en el acto, esta vez sin estallar. Dejando completamente satisfecha a la directora Qing.
―Jóvenes los felicito. Ustedes han conseguido llevar a cabo una poción destructora de nivel 5. Muchos magos y brujas tardan meses en lograr algo así; de verdad que estoy muy complacida con su trabajo. ―los alumnos escuchaban cortésmente sus palabras, pero se hallaban inmersos en el brillo morado, y el giro de la araña que colgaba del techo de la oficina de Qing. Dándose cuenta de esto, la directora tosió un poco― Ese candelabro es muy antiguo. Perteneció a mi Bisabuela, Eva Qing. Brilla en color morado cuando su dueño se encuentra extremadamente complacido, y da vueltas cuando presencia un poder considerablemente alto. Cabe destacar que, aunque gira muy despacio en este momento, ustedes han sido los únicos alumnos que he tenido en mi oficina que lo han hecho girar. Ahora, sigamos con nuestro asunto. La profesora Phoenix ofreció un premio al grupo que creara la mejor pócima, y aquí lo tengo preparado para ustedes jóvenes. ―dio una ligera palmadita a su escritorio, y este abrió un compartimento del cual la directora extrajo una piedra blanca y brillante― ¿Saben lo que es esto?
―Yo sí ―respondió Andrew, quien era catalogado por sus compañeros como una "enciclopedia humana", ya que albergaba dentro de sí muchos conocimientos sobre materiales y artefactos mágicos, y especialmente porque jamás se los callaba―. Se llama "lágrima de luna". Una piedra que los magos ancianos creaban durante las noches de equinoccio. Se dice que permite a los más experimentados magos el adentrarse en el futuro. Sin embargo, es necesario que lo use un mago de gran fuerza y concentración.
La profesora miró a Andrew sin cambiar para nada su semblante, pero Victoria y Sebastian notaron de inmediato que estaba sorprendida del conocimiento de un muchacho de la academia sobre un objeto tan poco común
― Tienes toda la razón Andrew―respondió la directora ―. Y ahora les llega a ustedes el turno de poseerla. Espero logren darle un buen uso. Sin embargo debo advertirles; la piedra está hechizada. Solo les mostrará un instante del futuro, luego se apagará completamente y quedará inservible; esto es para que los magos más jóvenes no se adentren demasiado en algo que quizás no puedan comprender, así que deberán usarla con sabiduría.
Luego de prometer a la directora que serían cuidadosos los muchachos salieron del despacho de la directora con una sensación tanto de satisfacción como de alivio; y es que sus principales sospechas al ser enviados a la dirección, fueron la de ser regañados como si de niños pequeños se tratasen; quizás por los daños a la estructura de la escuela, o bien por la exagerada demostración de destrucción que tuvieron en la mazmorra. Sus temores mermaron al ver en la cara de la directora una demostración de comprensión y complacencia. Ahora, no solo se habían librado de un problema que pensaban podrían haber tenido, sino que también habían sido premiados con un artefacto mágico, que solo era utilizado por magos sabios y poderosos. Los jóvenes caminaban por los pasillos del colegio aun observando la "lagrima de luna" que Victoria llevaba en sus manos. Y no podían esperar el momento para usarla.
―Debo advertirles que no todo lo que la piedra les muestre será real. ―Yixing Qing apareció a un costado de Andrew hablando pausadamente sin expresión alguna en su rostro más que su fría y penetrante mirada.― Mi madre no regalaría un artefacto como ese, a menos que quien lo recibe sea una persona de conocimiento admirable. ―Victoria la miro sorprendida intentando explicarse en qué momento había llegado. Sebastian, sin embargo mostró una sonrisa irónica, pues conocía a la perfección que ella siempre estuvo allí― Debo irme ahora, les felicito. ―una corta reverencia y Yixing se desvaneció como el humo.
Para Yixing Qing pasar desapercibida era su don más característico; aunque en ocasiones se viera envuelta varios embrollos, obligando a la directora Qing a dar la cara por ella, y era por esa razón que, para ese nuevo año en la academia, la joven de diecinueve años de edad había decidido cambiar las riendas de su vida si quería en un futuro próximo ocupar el puesto de su madre.
Unos pasos más por uno de los tantos pasillos de la academia y Yixing estaría en el salón donde continuamente se ocultaba, hasta que Sophia Halloway (su mejor y única amiga) apareció ante ella evitando que llegase a su destino.
―Hola amiga ¿cómo estás? ―La molesta y chillona voz de Sophia hizo que Yixing caminara más aprisa tratando de dejarla atrás. Eran buenas amigas, pero normalmente Yixing preferia estar sola, y Sophia jamás se lo permitía.
―Estoy bien. ―respondió con simpleza cuando se dio cuenta que no podría deshacerse de ella― ¿Qué sucede?
―He venido a buscarte, tendremos un gran espectáculo esta tarde. Hoy hay un partido de "combate mágico"―dijo Sophia emocionada. Mostrando su ancha sonrisa, dotada de aparatos dentales que le proferían un aspecto siniestro. Como el de una hiena a punto de devorar a su presa.
―El cielo esta nublado, y aunque disfruto ver como los demonios y ángeles se hieren entre sí. ―volvió su rostro y observó fijamente los ojos de su amiga, quien de inmediato borro aquella sonrisa de su rostro, puesto que, en ocasiones, la forma en como Yixing la miraba le daba escalofríos― No creo que sea buena idea salir del salón hoy.
―Oh, por favor Yixing deja por una vez en tu vida de ser tan aburrida y sal al mundo exterior.
La muchacha, molesta ya, la fulmino con la mirada y empuñó sus manos con fuerza en los costados; odiaba la pedante actitud de Sophia y eso, en muchas ocasiones la hizo arrepentirse de haberla conocido. ¿Cómo es que nunca pregunto «qué pasó el día que nos conocimos? ¿tan poderoso fue? » Pensaba Yixing día tras día cuando, envuelta en su campo de fuerza observaba en la distancia a su amiga charlar plácidamente con aquel par de demonios que habían hecho sú vida miserable.
Caminaron por el pasillo en completo silencio en dirección al campo de juegos, finalmente la chica sombría había decidido que lo mejor era asistir, encontrándose a Sebastian ensimismado leyendo la mente David Kross-Lamperd, uno de los participantes demonios, dotado con una personalidad cerrada y lúgubre que dejaba patente el hecho de que se encontraba en la academia por obligación más que por voluntad propia.
Yixing hizo una corta reverencia como gesto de disculpas hacia Sophia excusándose, para así acercarse a Sebastian.
―¿Algo interesante en la mente de David?― pregunto sentándose junto a Sebastian quien una vez más sonreía con desinteres.
―Supuse que vendrías. ―Dijo, y rompió el contacto psíquico que había creado.
―Soy muy predecible según tú ―le respondió la joven―, tampoco es como si realmente quisiera pasar desapercibida contigo ―su aura de frialdad se desvanecia poco a poco―. Puedes detectarme aunque tenga un campo de fuerza de nivel seis sobre mí, y lo odio.
―No es necesario tan siquiera intentar rastrear tus pensamientos con telepatía ―le contestó Sebastian sonriendo―. Haces mucho ruido al caminar.
Andrew y Victoria caminaban sobre el camino empedrado que llevaba al patio de juegos. Inmediatamente tomaron un asiento a la mesa donde Yixing y Sebastian se encontraban hablando, y se unieron a la conversación.
―¿Sabían que David y Daniel lucharan contra la pareja de ángeles? ―Andrew tenía la mirada fija en el par de demonios, y les miraba con marcada displicencia.
―El par de ángeles está tan enamorado que ya ni siquiera les importa ganar o perder. ―Manifestó Sebastian señalando a Giulliana Evans y Christian Harrington-Lamperd
― No me parece un juego justo ―agrego Victoria quien tomaba un jugo de cartón con demasiada ansiedad.
―Andrew. Debiste haberte inscrito como participante. Sería más entretenido que ver a los tortolos combinando sus ataques. Después de todo, también eres mitad angel.
―Prefiero mirarles desde aquí ―aseveró Andrew al tiempo que abría una lata de soda para calmar un poco el calor que sentía en aquella tarde.―a pesar que Daniel y David son insufribles, no hace falta que los venza en un partido.
―Pues ya Sebastian y yo estamos inscritos como participantes del equipo de brujos para el torneo de la próxima semana. Será divertido lanzar fuego al cabello de Daniel ―rió Victoria, a la vez que hacía una bola de fuego con sus manos.
―Sabes que los demonios tienen control sobre el fuego, y lanzarles bolas de fuego no te serviría de nada. Además, Sebastian solo se inscribió porque Sophia será uno de sus oponentes y quiere luchar contra ella.
―¿Un té? ―pregunto Yixing haciendo caso omiso a los comentarios anteriores y observando con detenimiento el rostro de Sebastian.
―Me has leído el pensamiento ―sonrió, y ambos se marcharon dejando al otro par atrás.
Yixing y Sebastian eran muy cercanos, aunque para muchos eso fuera un secreto, y es que aunque ambos no pasaran gran parte del tiempo juntos se conocían mejor de lo que cualquier otro hubiera imaginado; y era exactamente por esa razón que ambos disfrutaban pasar el rato entre conversaciones triviales y académicas, como hablando de sus vidas personales.
―¿Sabes? He descubierto que tengo una extraña fascinación por los asesinatos ―agrego Yixing mientras ambos esperaban pacientes sentados ante una de las mesas en el café de la academia su taza de té- últimamente he tenido un continuo sueño y no quiero parecer...
―Lo sé, ―Sebastian interrumpio sus palabras― no puedes borrar las imágenes de tu cabeza.
― Oh, que novedad. ―dijo Yixing, visiblemente disgustada― Ya te he dicho que no entres en mi cabeza.
El té fue servido instantáneamente en su mesa, en bandejas de peltre flotantes. Tomaron las cucharillas para agregar el azúcar y luego de revolver, ambos dieron un sorbo en unísono a sus tazas.
―¿Cuándo piensas contarle? ―interrogó Sebastian.
―No lo hare.
―Sophia debe saberlo.
―No es necesario, estamos bien así ―y dio un sorbo más a su té.
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