Mi Supuesto Yo

Mientras la noche oscurece, la luna y las estrellas iluminan brillantemente toda penumbra con una pequeña briza que te cubre de pies a cabeza, que te llega a los sentidos y te silba plácidamente una melodía que te indica que es hora de soñar, soñar eternamente y no despertar.
En un caldero viejo de metal oxidado mezclo distintas personalidades, veraces caracterizadas en su esplendor, cada una muy distinta de la otra, con esa pizca de curiosidad y experimento.
Una Explosión oculta ocurrirá y al final de la mezcla a un personaje hay que matar. Suena cruel pero es real, una muerte épica y literaria de leyendas hay que dar.
La primera chispa salpica de la caldera trayendo consigo un mar de picardía envuelta en una pequeña corteza de brillo titilante, caracterizada por traer un fuego esplendoroso, picante y que donde salpica, ¡oh! Piel clara y rojiza deja una cicatriz que no se elimina con una simple yerba mezclada y hecha pomada. Tan Alegre y espontánea, pero a la vez tan tímida y reservada. Dentro de su furioso fuego humeante se esconde una personalidad resaltante que no dejara ser humillada, que no dejara que nadie llegue a hacer estragos. Porque ella es fuego, fuego hirviente que te quema si te descuidas.
Doy unas cuantas vueltas a la mezcla y vuela como ave vigorosa, una chispa que traspasa una de las ventanas de mi pequeño escondite. Chispa llena de Saltos, trasparente y sin ataduras, como una liebre que llega con toda su libertad. Extrovertida y cariñosa, estrella que alumbra las noches de luna llena, que muestra en sus ojos y en su sonrisa todo sueño por alcanzar y toda una vida por soñar. Porque ella es libertad, risueña y libre de volar.
El contenido del caldero comienza a burbujear y a llenarse de algún tipo de color entre rojizo y marrón, una burbuja negra escapa de esta, flotando por toda la estancia en busca de un incierto destino. Llega al filo de una armadura reforzada con acero inoxidable y sin pensarlo dos veces estalla sobre ella, llenando el acero de todo su color, oscuro y resaltante. Esencia que lo caracteriza por ser feroz y rápido en su nublado pensamiento, como la briza que pasa una vez y no regresa. Serpiente con veneno mortal que espera el momento preciso para atacar, filo de agujas que puede cortar con solo hablar. Astuto y decidido a mover la espina que se clavó en la punta del algodón, siempre un paso por delante de la palabra que prosigue en la próxima línea del párrafo. Mala hierba que inhibe toda vitamina y mineral del jardín. Formula de perdición total que termina convirtiendo todo bien en mal. Disfrazando con exactitud en su oscuro color todo sentimiento olvidado, o quizás ocultado, nadie lo sabe con certeza porque lo esconde bien tras una capa de humo y esencia entre oscura y amarga. Humo contaminado, funesto, que te asfixia y diluye toda dulzura de cualquier ser. Porque él es humo, nublado y pasajero.
La Mezcla se torna lechosa e hierve de furia, calmante y exacta. Furia que es tan fuerte que se debilita si te acercas y la tocas. Una Chispa fría con un vapor plateado brillante salta de la mezcla de personalidades. Agua calmante y pasiva se integra como vapor al ambiente, pero ¡cuidado! Si le das muchas vueltas puedes causar un desastre sobrenatural lleno de olas matadoras. Posee ondas inmensas, tan grandes como su sonrisa, esa que solo tienes la oportunidad de ver escasamente, pero que vale la pena presencias más que sus lágrimas llenas de sal y dolor. Con gotas de roció que al abrazarte te llenan de un cálido afecto que solo puedes tener unas cuantas veces en escasas estaciones del año. Oculta tras una cascada áspera y rocosa toda su belleza, encantadora y dulce que no quiere ser mostrada, o mejor dicho, no debe ser mostrada a cualquier simple y vagabundo mortal que habite el planeta. Una mezcla entre dulce y salado, puro y contaminado, todo en un solo frasco que al tomarlo te deja un sabor amargo, pero una amargo muy deseado.
Con una varita un poco usada mezclo las esencias de alma, carne y hueso, hechas chispa, burbuja, fuego, agua y un montón de elementos. Algo más grande que una chispa, quizás una gran gota, salpica del caldero y va dejando un camino lleno de su pintoresco color entre azul plateado y dorado. Hecha un manojo de llaves que abren cerraduras de diferentes dimensiones, dueña del cofre del tesoro que guarda los secretos más añorados en su interior. Como tierra que se nutre con cada vitamina que consigue a su paso, llena de sabias palabras a su manera. Porque como la tierra recién regada busca semillas para plantar y dejar florecer con todo su esplendor. Esencia de agua y aceite una mezcla mortalmente sin combinación, pero que es un ejemplo esencial de heterogeneidad. Cubierta por una fina capa de números incalculables que mezclan la física, la química y la matemática en una sola, ¡Oh! pequeña y gran gota que sigue el margen del cuaderno de doble líneas. Hoja seca que cae del árbol pero aun muerta sigue sirviendo de abono a la tierra. Porque ella es vitamina, es vida de su propia tierra.
Un frío silencio comienza a inundar las paredes de mi escondite, frío tenue y preciso, trayendo consigo una niebla espesa y calmante que me hace querer seguir soñando, experimentado, seguir durmiendo eternamente.
Agrego leña al fuego y un poco de aromatizante con esencia a café, puro y oscuro, de esos que tomas en la mañana bien temprano, de los que te recuerdan a eso tiempos de momentos precisos. Recuerdos de niñez y cálido afecto. Doy unas cuantas vueltas y su aroma hipnotizante impregna toda la estancia, perfume de hiervas que se adhiere como adhesivo a la piel. Dulce y dramática melodía que ansias escuchar a la hora de dormir, porque el sentimiento y cariño musical que trae consigo te hace querer conservarlo, tan guardado, simple y sutilmente reproducirlo sin pausa en el infinito. Adorno de joyas invaluables, que son tan frágiles que no las puedes dejar caer, tan valioso que lo guardas tres metros bajo tierra. Como Manzano rojizo y soñador que puedes observar con ojos tentadores pero que al dejarlo caer de la punta del iceberg deja de ser tan hermoso y pintoresco. Aromatizante divertido y volador como esos cachorros de leopardo que juegan a cazar, un mar de ternura y corazón dan por solo una aprobación de la manada, porque es más grande que un pequeño rayo de luz al amanecer, porque él es esencia de aroma a café que llega y deja su marca de dulce y amargo sabor.
Una oleada de taciturno y cálido viento ondea del caldero, tan silenciosa e invisible que da miedo. Tan profunda y serena, llena de perfumes de flores con briza de luz de luna. ¡Oh! Mi pequeño capullo que se esconde y espera el tiempo exacto para florecer, bailarina con cintas de arcoíris que llena de esplendor todo lugar con la dulce melodía que emana de su alma. Viento silencioso lleno de miel y canela, dulce presencia que traspasa toda corteza de mi tibio y delicado caldero oxidado. Como la niebla que esconde toda presencia y deja un frío confortante que invade toda mi estancia. Oxigeno intangible que no puede ser visto pero se sabe de su existencia y es imprescindible. Briza de sueños ilusionados que se esconden tras una nieve entre blanca y trasparente. Luz de luciérnaga que alumbra mis noches oscuras con su tenue presencia. Porque ella es viento, calmado y pasivo, componente necesario en la mezcla de gases vitales.
Mi caldera vibra y ondea olas inmensas, olas que aplaco con un poco de polvo de tiempo y lluvia de paciencia. Una chispa un poco inquieta y despistada salpica del caldero. ¡Oh! Mí adorado tormento, Como hiena que se ríe y anuncia fabulas ideadas para que el rey león sucumba. Oscuridad de la noche, de la que temes cuando eres pequeño pero al crecer se vuelve tu aliado. Enigma de laberintos que ansias descifrar sin perderte en el intento. Gema de carbón puro que oculta su valor sin procesos para ser diamante. Veneno de la manzana que te hará dormir eternamente. Chispa voladora, caracterizada por brillantes obras incompletas, obras que se mezcla entre juegos de dos especies formando un mestizo de raza mortal. Vale la pena resaltar que esta chispa no es solo mal, porque es como el tronco de un árbol con corteza dura e interior blando. Cobertura del helado de vainilla con sabor embriagador a pasa y ron. Relámpago con combinación de trueno que asusta en las noches pero que es todo un espectáculo observarlo en su acción. Porque él es oscuridad, canto egipcio legendario. Armadura de caballero por la que no traspasa el fuego y dueño del escudo, arco y flecha que hiere y protege mi caldero.
Mi respiración se corta y mi piel se eriza pues el caldero comienza a brillar y a salir de él una dulce melodía que me hace querer perderme en ella, seguir al conejo y llegar al país de las maravillas, volverme Peter Pan y vivir en nunca jamás. Una brillante e inmensa luz sale flotando del caldero e ilumina todo mi pequeño escondite. Paciente y calmado, lleno de sabios consejos y hermosas palabras, como águila astuta y decidida a alcanzar con su gran vista el objetivo en espera. Fuerte hecho de acero que refuerza y protege todo tesoro valioso y añorado. Hábil carpintero que forma con sus manos delicados e inolvidables recuerdos. Dueño del destino que se cruza y une a cada célula que conforma el tejido. Fabricante de sueños incalculables que se mezclan con una sutil melodía de voces del alma, que las toca una y otra vez sin perderse en su infinita demostración. Porque él es música, clara y precisa que llega a cada uno de los rincones de mi oxidado y viejo caldero.
Doy mis últimos toques a la mezcla y sin esperarlo salpica una chispa muy inusual, encantadora y viva. Como aroma hipnotizante a dulce de caramelo. Blandito como algodón de azúcar y fuerte como sello de cerradura. Dueño de la armadura con arrogante porte que te llevara por el viaje explorador del universo. Lluvia de sorpresas que riegan el jardín en que florecerán todas las flores que iluminaran las noches en vela. Recuerdo que llega de otra vida, viajando por distintas dimensiones hasta llegar a la mía. Porque eso no se olvida, que él es recuerdo, del pasado y presente que pinta mi caldero con su incalculable y vigoroso color.
Una mezcla casi lista está por terminar, pero nunca puede faltar la última vuelta que dejara caer chispas pasajeras que no permanecerán. Cierro los ojos y doy la última vuelta a la mezcla y de esta salen unas cuantas chispas que lastiman y debilitan mi oxidado caldero. Chispas grandes y pequeñas con colores brillantes y segadores. Gotas de mezcla que llegan y se impregnan con su lastimadora esencia de objeto punzante. Sutura que se adhiere a mi piel y deja una cicatriz con dolor insoportable. Mezcla de ácido mortal creado para que todas las células que conforman mi cuerpo desaparezcan. Pero, para su incierto y curioso destino cuento con incalculables elementos en mi caldero que sanan cicatrices. Porque soy experta bruja con mezcla de hada que sabe utilizar la cristalina y pura penca de la sibila que tan brillante y transparente borra toda cicatriz sin dejar huella.
Más que lista está mi mezcla, y con ella todo personaje de mi caldero. Una fiesta digna de celebración hay que dar, por cada chispa tan diferente haber dejado escapar. Todos listos y elegantes en un salón comienzan a divagar.
El fuego de la mano del humo está y la libertad sin viento no puede andar acompañadas de la esencia de aroma a café. La tierra y el agua se apartan sin dudar llevando consigo el recuerdo sin olvidar y la música que los hará bailar. El oscuro manto comienza a llegar muy retrasado como todo el tiempo quizás. Y por ser tan desordenado y despistado a él muerte hay que dar.
En una silla con seducción macabra lo invitan a sentar y con unos cuantos alambres filosos lo atan sin parar. Sin gritos comienza a mirar y con fuego muy picante lo comienzan a quemar, el humo asfixiante lo ahoga para que de él ni el oxígeno pueda quedar. La libertad lo aprisiona sin dejarlo escapar, mientras el agua se calienta y se enfría sin dudar, dejando caer en la piel del manto oscuro todo estado de la materia que hace que su carne se desvanezca sin anestesia. El viento no muy atrás se debe quedar y con filos invisibles su piel termina de desgarrar. La tierra lo devora dejándolo sin ninguna vitamina que dar, sin perder el momento la esencia de aroma a café con el sabor amargo lo inunda de más oscuridad. No muy tarde será para viejos recuerdos aparezcan ya, y con él tétricas melodías musicales que anuncian que su muerte está por terminar. Porque el final del manto oscuro estaba predispuesto en su esplendor, por ser impaciente y tentador en un mar de cenizas sin pensarlo acabó.

PDT: Volviiii . Lo siento por haberme perdido . Les dejo esta historia inspirada en personajes reales, gracias a algunos de mis amigos que se prestaron para que hiciera sus descripciones . Espero que les guste. Que tengan un feliz fin de semana

Me encantó *-*
Amo tu forma de escribir, de describir todo. Sos una buena escritora ¡Seguí así!

Woooh, Muchas Gracias Natii